Ecos de la Revolución Pingüina: avances, debates y silencios en la reforma educacional

U NA E DUCACIÓN P ÚBLICA MÁS E FECTIVA . ¿L OS Á RBOLES NO D EJAN V ER EL B OSQUE ? 191 La Ley de Instrucción Primaria aprobada en 1920, después de un lar- go debate donde las mencionadas diferencias estuvieron siempre presentes, refleja una suerte de acuerdo social y político en asuntos educativos. Es intere- sante comprobar que en su artículo 2º la ley establece la obligación de asistir a una escuela fiscal, municipal o particular al menos durante cuatro años y antes de cumplir los trece años de edad. Asimismo, en sus artículos 39 y 40 se obliga a algunos propietarios agrícolas e industriales a fundar escuelas. Para estos efectos establece una subvención por estudiante que se acuerda pagar por asistencia media (artículos 42 y 43), la que se extiende a instituciones de bene- ficencia, sociedades de cualquier clase y a particulares (artículo 44º). No deja de ser interesante, a propósito del largo debate del siglo 19, que se las exime de la enseñanza de la doctrina cristiana. Es claro entonces, que las bases de la organización del sistema de pro- visión mixta que existe en Chile se encuentran en la Ley de Instrucción Prima- ria y en la discusión que dio origen a ella. La única diferencia relevante con la situación actual es que dicha normativa estableció límites a las subvenciones recibidas por establecimientos privados, no pudiendo éstas superar un tres por ciento del presupuesto público para instrucción primaria. Lo anterior no es extraño si se considera que a la sazón el presupuesto de subvenciones al sector privado, de carácter más informal que el establecido en la Ley de Instrucción Primaria, alcanzaba aproximadamente a un 2 por ciento en los años previos a la ley con un máximo de 4,4 por ciento en 1912 14 . Actualmente, la situación es diferente puesto que la contribución a la educación particular no está res- tringida por el presupuesto sino por la decisión de los padres. Con el tiempo, esa norma se flexibilizó y los montos que fluyeron a la educación particular crecieron a medida que avanzaba el siglo, lo que a su vez permitió un creci- miento en la matrícula privada durante las cuatro primeras décadas después de aprobada la Ley de Instrucción Primaria (ver gráfico Nº 1). Es interesante notar también que el crecimiento en la matrícula privada ocurrió incluso en medio del Estado docente, lo que demuestra que la res- puesta a la instrucción obligatoria fue más rápida en el mundo privado que en el sistema público. Dicho incremento se detiene en la década de los 60 como resultado de una expansión en la oferta pública generada desde el Estado y un freno en los recursos otorgados a la educación particular, que en ese entonces se negociaban anualmente. En 1981 se abandona esa política y se la reemplaza por una de carácter automático, unida a otras reformas al sistema educativo como el traspaso de los establecimientos educativos desde el gobierno central 14 Véase Ossa Santa Cruz, op. cit.

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