Ecos de la Revolución Pingüina: avances, debates y silencios en la reforma educacional
H ARALD B EYER • C AROLINA V ELASCO 186 los proveedores lo que parece haber es autoselección de las familias 3 . Que esto sea relevante en los desempeños educativos depende mucho de qué tan impor- tante se estime que son los efectos pares, particularmente aquellos relacionados con la composición social del alumnado. Tradicionalmente se ha creído que éstos son relevantes, pero evidencia proveniente de experimentos naturales o cuasi naturales produce resultados más bien ambiguos 4 . Si no existiesen efectos pares significativos o si éstos fuesen de carácter más bien local (en el sentido de que grupos de habilidades similares son los que se afectan 5 ), se torna difícil justificar un tratamiento diferenciado de los establecimientos públicos que no sea aquel relacionado con la vulnerabilidad de sus estudiantes, pero éste estaría atado a ellos y no a las características jurídicas de la institución. Hay que considerar que también existe un marco regulatorio que afecta en forma distinta a los subsectores públicos y particular subvencionado. Es un marco que está ciertamente influido por la interacción de distintos actores que, en muchas ocasiones, corresponde más a la economía o sociología política del sector que a consideraciones de buen desarrollo del sector. La heterogeneidad en la regulación que afecta a ambos subsectores parece traducirse en que un mismo servicio debe ser provisto con mayores costos en los establecimientos públicos que en los particulares subvencionados (por supuesto asumiendo que el servicio provisto es similar). Pero validar por esta razón un tratamiento dife- renciado supone avalar una ineficiencia social cuyas consecuencias de mediano y largo plazo pueden ser muy dañinas. Claro que hay un contraargumento. Si no hubiese dos subsectores se pondría más cuidado en el desarrollo del marco institucional general evitando ineficiencias muy significativas. Pero ello es algo ingenuo, porque no reconoce que las reglas vigentes son resultado de la inte- racción de diversos grupos con una capacidad de presión muy distinta en la modelación de dichas reglas. Así, la idea de validar las ineficiencias parece muy costosa socialmente y antes que avanzar en esa línea son otros los caminos que corresponde explorar. Sobre todo, si como argumentamos en estas páginas, se estima que los problemas principales de la educación pública son, en gran me- dida, un subconjunto de los problemas que afectan a la educación chilena. Por supuesto, sin perjuicio de que hay aspectos específicos de la educación estatal que son barreras presentes y potenciales al desarrollo de esta educación. Con 3 Queda en evidencia en encuestas que el Centro de Estudios Públicos ha realizado en asuntos referidos a educación y también en investigaciones académicas. Al respecto, se puede consultar Gallego y Hernando (2009). 4 Una reflexión sobre este debate se encuentra en Beyer (2007). 5 Hoxby y Weingarth (2006) plantean algo de esto. Su investigación es relevante porque estudia la reasignación de más de 80 mil estudiantes en el estado de Carolina del Norte, Estados Unidos.
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