Ecos de la Revolución Pingüina: avances, debates y silencios en la reforma educacional

C AMBIO DE E STRUCTURA DEL S ISTEMA E SCOLAR 145 sólo formación general desde el grado 7º hasta el grado 10º y establecimientos que imparten sólo los dos últimos años, eventualmente asociados a institucio- nes de educación superior, tanto en la modalidad HC como TP. Otro camino, más simple, es promover la creación de establecimientos de enseñanza media de mayor tamaño, con más cursos paralelos por nivel, de modo tal que sea viable ofrecer más oportunidades de diferenciación en los dos o tres años finales. Un tercer camino, quizá la opción más radical, pero que sería interesante explorar en el contexto de Proyecto de Ley de fortalecimiento de la educación pública que establece la creación de Corporaciones Locales que operarán en una comuna o agrupación de éstas, es repensar y planificar la oferta educativa territorial de modo tal que los liceos puedan especializarse en distintas áreas. Es decir, mirar la comuna o agrupación de comunas como un sistema, con liceos que ofrecen el ciclo general común, pero en los dos años terminales son especializados en tecnología, artes, lengua, especialidades humanistas, cien- tíficas o politécnicos. Así los alumnos y alumnas del territorio, con un buen sistema de información, podrían tener un conjunto de liceos a los cuales optar al término de su 2º medio. Y, por su parte, estos liceos podrían actuar como centros de avanzada e innovación en sus especialidades e irradiar capacidades hacia los otros liceos del territorio. Reflexiones finales En este artículo hemos intentado recoger los principales antecedentes y argumentos que llevan a establecer el cambio de la estructura del sistema edu- cativo en la Ley General de Educación. Este cambio no debería ser abordado como un asunto exclusivamente referido al 7º y 8º año y a la presencia de profesores especialistas en este nivel. Una intervención sistémica de esta envergadura, que exigirá movilizar perso- nas, recursos e infraestructura, debería abordarse como una oportunidad para revisar el ordenamiento curricular del sistema en su conjunto. Desde nuestra perspectiva, la dictadura abortó el proyecto de la reforma del ‘67 de generar un sistema que diferenciaba tres ciclos educativos de 4 años cada uno con clara identidad y propósito. Simplificó la educación, desdibu- jando el segundo ciclo básico, y extendiendo el sentido formativo y expec- tativas de aprendizaje del primer ciclo a los 8 años de educación básica. En este contexto, la educación media, tributaria de la fuerte tradición secundaria previa a la reforma del 67, también se ve debilitada: por una parte se reduce a 4 años, y por otra, se asienta sobre una institución básica que no tiene solidez

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