Asistencia Técnica Educativa en Chile: ¿aporte al mejoramiento escolar?
Programa Mejor Escuela 93 las condiciones para que ésta pueda ser realizada y, finalmente, negocia lo que efectivamente se realizará en cada establecimiento escolar involucrado. Una vez que se decide que el programa será aplicado, se diseña el Plan de Mejora- miento de acuerdo a las necesidades específicas de cada una, el cual se discute con el sostenedor para validarlo. Finalmente, el sostenedor es quien comunica a los establecimientos que participarán en el programa. Esquemáticamente, éste ha sido el proceso vivido en las dos comunas observadas en este estudio. Desde el comienzo, este involucramiento del sostenedor es muy importante para el programa. Sin embargo, las condiciones de esta “negociación” pueden diferir significativamente caso a caso. En un extremo, mientras el municipio de una comuna del Área Metropolitana cuenta con un equipo técnico y administra- tivo en el área de educación que le permite ser una verdadera contraparte, en el otro, la municipalidad de una comuna pequeña del norte recibe a la Fundación como parte de una donación de una empresa y no tiene ningún otro profesional que no sea el propio jefe del DAEM para ser contraparte de Fundación Chile. El compromiso del sostenedor de cumplir con un conjunto de requerimientos para desarrollar el programa es un tema crítico, sobre todo si consideramos que las condiciones que la Fundación Chile “exige” a sus clientes son bastante de- mandantes para estas instituciones. En efecto, un requisito de la negociación con el sostenedor y la posterior implementación del programa es que no haya otra institución trabajando y brindando servicios ATE en el mismo estableci- miento, ya que otros programas que se implementen podrían no ser compati- bles con esta propuesta. Al sostenedor en particular se le solicita, no solo ser la contraparte técnica durante los 4 años de realización de la asesoría para instalar una modalidad de trabajo permanente, sino también condiciones básicas de in- fraestructura y equipamiento en los establecimientos; y horas de trabajo para planificación y formación docentes de primer y segundo ciclo. Adicionalmente, el programa también exige condiciones a los directivos y do- centes. Entre los requerimientos a los directivos están: horas de trabajo sema- nal para reuniones de equipo; asistencia a jornadas de formación destinadas a equipos directivos; acompañamiento a docentes de su escuela en todos los procesos de formación propuestos por la ATE; coordinación permanente con su sostenedor; y diseño del Plan Estratégico de Mejora para la Escuela y del Plan de UTP. Por último a los docentes se les solicita horas disponibles para trabajo de planificación y formación; asistencia a jornadas de formación; y planificación de clases con material educativo del Programa Mejor Escuela. Aunque presentadas como “pre-requisitos”, en la práctica estas condiciones son compromisos que asume el sostenedor, para ser cumplidos tempranamente en
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