Asistencia Técnica Educativa en Chile: ¿aporte al mejoramiento escolar?

52 Asistencia Técnica Educativa en Chile: ¿Aporte al Mejoramiento Escolar? Todos consideran en el diagnóstico una dimensión de gestión institucional y otra de aprendizajes; algunos agregan otras como autoestima de los docentes, de necesidades educativas especiales (Fundación Educacional Arauco); otros aña- den temas asociados a la vulnerabilidad social de los estudiantes (UDEC), o la brecha cultural entre la escuela y la familia (CIP-UNAP). Los instrumentos de diagnóstico casi siempre combinan componentes cua- litativos y resultados de pruebas estandarizadas. Adicionalmente, se recogen diagnósticos previos que han realizado las propias escuelas sobre su realidad, donde destaca el SACGE del Mineduc y, en las escuelas adscritas a la SEP, los resultados del análisis FODA realizados en este marco. En esta materia, la Fundación Educacional Arauco es un caso particular: aun- que inicialmente no realiza un diagnóstico detallado de cada colegio, sino que hace un diagnóstico de las características socioculturales y económicas de la comuna que pueden incidir en el trabajo con los docentes directivos y de aula, al iniciar su trabajo, una de las primeras tareas es aplicar pruebas estandariza- das de autoestima, lenguaje y matemática a los alumnos; y pruebas de autoes- tima, actitud pedagógica y atribuciones a los docentes. Según los resultados de estas pruebas se ajustan contenidos y metodologías de trabajo, tiempos y organización de los cursos de perfeccionamiento que definen para los docen- tes de la comuna, así como el trabajo complementario directo con éstos en cada colegio para asegurar la transferencia de lo aprendido en los cursos de capacitación al aula. La propuesta de las ATE de comenzar realizando un diagnóstico en la escuela no llega a un terreno neutro, sino cargado de visiones no siempre favorables. En primer lugar, las escuelas están, de alguna manera, saturadas de diagnósti- cos y desean avanzar hacia soluciones, por lo que demandan propuestas concre- tas, viables y posibles de implementar por ellos, no necesariamente “recetas”, aunque algunos directivos y docentes de aula lo desearían. En segundo lugar, esta saturación de diagnósticos se manifiesta en el plano anímico, en el sentido que la comunidad escolar está aburrida de que todas las demandas que le llegan partan o exijan realizar un diagnóstico en conjunto con ellos y, solo excepcionalmente, tienen claro que un diagnóstico no se limita a juntar información, sino que exige un análisis de ésta, identificar nudos, sus causas y, según ello, definir y evaluar posibles cursos de acción. En este marco, los diagnósticos que realizan las ATE en conjunto con la escue- la, en general, se valoran por ser más detallados, más precisos, más profun- dos, por poner en relación más variables y secuenciarlas en causas y efectos, lo cual permite construir un árbol de problemas e identificar alternativas de

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