Asistencia Técnica Educativa en Chile: ¿aporte al mejoramiento escolar?

¿Cómo se hicieron los estudios de caso sobre Asistencia Técnica Educativa? 15 trabajo de la asesoría, la centralidad que ésta le entrega al trabajo en la sala de clases, la creación de instancias de trabajo colaborativo en torno a las prácticas de aula y la gestión de la docencia, y los esfuerzos por normalizar el funciona- miento de las escuelas. Finalmente, se debe considerar el encuentro entre la escuela y la ATE, esto es, la relación que la ATE construye con la escuela y la ca- pacidad de ambos actores de confluir en un proyecto compartido de cambio; los factores principales en este plano son la forma en que la ATE llega a la escuela y las expectativas iniciales de los establecimientos, el empalme que se produce entre las particularidades de la escuela y la estrategia de la ATE, y la calidad de la relación que se desarrolla entre ambos agentes. Considerando ahora lo que se sabe acerca de las características que los pro- gramas ATE debiesen tener para ser capaces de desarrollar su –hemos dicho, incierto– potencial de mejoramiento escolar, la evidencia disponible sugiere cuatro aspectos relevantes. El primero corresponde a la capacidad del programa para –analizando eviden- cia objetiva y percepciones de los actores escolares– conocer y diagnosticar las debilidades y fortalezas de la unidad educativa que facilitan o impiden la mejora continua de los aprendizajes de los alumnos. Con esto, se priorizan las nece- sidades de mejoramiento e identifican los caminos viables y pertinentes que permitirán la generación o fortalecimiento en la escuela de capacidades para un trabajo autónomo de gestión directiva y planificación pedagógica acorde al currículum y los objetivos de formación que la escuela se propone. Un segundo factor sería la metodología de trabajo de la ATE . El plan de asesoría y el plan de mejora para la escuela debieran tener una estructura definida y fundamentada, que contemple elementos como la definición de metas claras y objetivos de mejoramiento, indicadores de logro, descripción de los servicios y actividades, organización temporal, recursos y materiales, compromisos y responsabilidades entre ambas partes, y mecanismos de monitoreo y evaluación. Al mismo tiempo, la ATE debiera ser flexible para incorporar situaciones no previstas y corregir lo que no funciona, vale decir, evaluación y rediseño permanente. Adicionalmente, la calidad profesional del trabajo de la ATE jugaría un rol clave en el éxito de la asesoría. Esto significa en primer término un equipo profe- sional competente que cumpla lo programado, que trabaje coordinadamente y tenga presencia regular en la escuela, así como una comunicación transparente y efectiva, que incluya retroalimentación hacia las prácticas directivas y peda- gógicas. Entre las condiciones que se destacan de los equipos asesores estarían

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