Asistencia Técnica Educativa en Chile: ¿aporte al mejoramiento escolar?
Programa Mejor Escuela 113 técnica de los equipos de trabajo de los sostenedores, cuando no completa au- sencia de personal técnico que pudiese apoyar el desarrollo del programa y ser su contraparte local. Para mejorar las escuelas municipales no basta conseguir que el sostenedor “deje hacer”, se requiere una participación activa de apoyo y –en ocasiones– intervención. Es innegable que existe una fracción de docentes no comprometidos con estos procesos de cambio, que responde con fuertes resistencias iniciales al progra- ma (a pesar de su carácter voluntario). Al parecer, existiría entre algunos docen- tes cierta resistencia hacia las asesorías y los programas de intervención, segu- ramente porque implican más trabajo “paralelo” a las obligaciones pedagógicas sin que se vislumbren mejoramientos. A pesar de que formalmente Mejor Escuela requiere ser un programa exclusi- vo a nivel de cada escuela intervenida, la práctica muestra que esto no es así, provocando cierta sobrecarga de trabajo. En algunos casos Mejor Escuela puede apoyar a los establecimientos para procesar más estratégicamente estos otros procesos, pero generalmente lo que ocurre es una competencia por los escasos tiempos docentes y escolares en general. También se da la situación de docentes con débil formación inicial que obtu- vieron su título en procesos de regularización o programas no tradicionales de formación inicial, lo que dificulta en su caso la adquisición de nuevas compe- tencias profesionales como las que intenta transferir Mejor Escuela. Esto es más grave porque –a juicio de los directivos de las escuelas estudiadas– este tipo de docentes se encuentra contratado en una mayor proporción en este tipo de escuelas en comparación con la situación nacional. Por último, la presencia de dinámicas locales de segregación y selección es- colares entorpece los procesos de mejoramiento y dificultan “artificialmente” el trabajo pedagógico en las escuelas participantes en el programa, todas ellas municipales y sirviendo a una población de NSE Bajo. Por ejemplo, los mejo- res alumnos de estos colegios serían tentados por establecimientos particulares subvencionados para abandonar la escuela municipal; inversamente, alumnos que no son admitidos en otros establecimientos son recibidos en éstos, lo cual no solo conforma una población escolar con mayores dificultades, sino que mo- difica dicha población escolar perdiendo lo avanzado y obligando a “comenzar de nuevo” con los nuevos alumnos.
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