La agenda pendiente en educación: profesores, administradores y recursos: propuestas para la nueva arquitectura de la educación chilena
99 Sebastián Donoso 5. Establecer y sincronizar regímenes salariales y de incentivos con la secuencia de la formación continua y el dominio de competencias. Esto busca respaldar una carrera profesional con un régimen de remune- raciones y estímulos acorde con las exigencias de su desempeño. Lo anterior implica crear un mercado docente como criterio central, iden- tificar y fijar remuneraciones base para diversos cargos según competencias, combinando experiencia con desempeño. La experiencia profesional (años/ tipo de actividad), debería traducirse para los docentes en una reducción de la cantidad de horas-aula y en un aumento de las horas de trabajo comple- mentario. Involucraría también un cambio de la base salarial, un aumento del componente experiencia y una disminución del componente desempeño, una vez que se ha llegado a determinado punto de la carrera docente, de manera que envejecer no se transforme en un castigo salarial. Establecer un régimen de estímulo que se asocie a experiencia y a desem- peño, siendo este último medido según la realidad de las condiciones laborales, debe combinar resultados escolares en series de tiempo del establecimiento o grupo curso (respecto de sí mismo, de sus pares, del promedio regional de pa- res y del promedio nacional) y condiciones de trabajo (tipo de escuela, calidad de los recursos de apoyo, jornadas, etc.). L a dimensión política del cambio Los desajustes que derivarán de la implantación de estas medidas respon- den al marco político en el cual se han venido planteando y llevando a cabo, caracterizado por un Estado muy limitado en sus funciones y por una autono- mía muy elevada de los diversos actores e instituciones. Por esta razón, generar un proceso de reorganización cuando algo ha es- tado funcionando por tiempo es políticamente complejo. Al necesario diagnós- tico y marco básicos de medidas, que deberían tener un alto grado de consenso entre los principales actores del sistema, se deben sumar mecanismos legales e instrumentos financieros que orienten el actuar hacia el marco de proposicio- nes y de instancias que se busca generar y hacer funcionar. Es claro que en este proceso hay actores con distinto poder e intereses diversos. Por ello, no es simple establecer un sistema que solucione de ante- mano todos los inconvenientes que se derivarán de los nuevos mecanismos de articulación, cuando hoy esa condición no existe. Finalmente, resulta complejo determinar qué ocurrirá con las instancias formales del sistema escolar. Si bien lo analizado excede largamente la dimen- sión “sistema escolar”, este constituye sin lugar a dudas su eje central.
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