La agenda pendiente en educación: profesores, administradores y recursos: propuestas para la nueva arquitectura de la educación chilena

87 Sebastián Donoso Ministerio. Sus dos unidades clave (programa urbano y programa rural) te- nían diferencias sustantivas. El primero estaba destinado esencialmente a in- fraestructura, equipamiento escolar, salud física de los estudiantes y desarrollo de estrategias pedagógicas en la escuela mediante Proyectos de Mejoramiento Educativo (PME). El segundo, al currículo de las escuelas pequeñas multigrado (uni, bi y tridocente), marcadas por los bajos resultados escolares y una pobla- ción de escaso capital económico, social y cultural, atendiendo las prácticas de los maestros. En el área rural, el trabajo en Microcentros de Profesores, quizás la trans- formación de mayor significación, no solo buscó romper la práctica laboral “solitaria” —con reuniones entre profesores de un territorio— sino además transformar las prácticas de los maestros más postergados, reforzando su tra- bajo con material curricular y didáctico, lo que ha continuado como formación continua innovadora. El programa Enlaces, de informática educativa, asumió un proceso de capacitación de los docentes funcional a los objetivos. Si bien esta línea es re- conocida como un aporte y se entiende que debe estar presente, las tecnologías de información no se han incorporado significativamente a la enseñanza. Los docentes las emplean como complemento y, aunque el acceso computacional se ha generalizado, su uso pedagógico es casi inexistente (Cancino y Donoso, 2004: 151). En enseñanza media se impulsaron dos iniciativas de distinta magnitud. La primera, a partir de 1995, producto de estudios sectoriales realizados por el componente Mece-Media, buscó fortalecer la profesionalización mediante “Grupos profesionales de trabajo”, organizados en los establecimientos educa- cionales (Ávalos, 1999). Considerando entre otros los principios de aprendizaje entre pares y de comunidades de aprendizaje, esta iniciativa enfrentó los pro- blemas de dedicación horaria de los profesores y de trabajo, restando sistema- ticidad a la experiencia e impacto a sus resultados. El proyecto Montegrande (1997-2002), de mejoramiento de la enseñanza media mediante el apoyo a liceos de excelencia (51 establecimientos), consistió en impulsar el desarrollo de propuestas innovadoras que consideraron la for- mación continua. Esta experiencia, que aún debe explicación de sus resultados, no ha sido lo gravitante que se esperaba. A partir de 1996 hasta pasado el año 2000 funcionó el Programa de Pa- santías al Extranjero, involucrando unos 4.200 profesores (Cox, 2003: 66). Dada su reducida cobertura (2,4 por ciento), el programa resultó insuficiente (Dipres, 2000: 3). Su principal falencia fue no tener un sistema post-pasantía para difun- dir, masificar y reproducir los aprendizajes, y aprovechar la inversión más allá del entusiasmo de algunos profesores.

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