La agenda pendiente en educación: profesores, administradores y recursos: propuestas para la nueva arquitectura de la educación chilena
51 recursos a las áreas de mayores necesidades. Por ejemplo, en lugar de asignar a los maestros con mejor desempeño a las escuelas que atienden a los niños más necesitados, los países suelen dar prioridad de elección en la asignación de las escuelas a los maestros experimentados, dejando así las escuelas que atienden a las poblaciones más desfavorecidas en manos de maestros nuevos y con me- nos experiencia. Un mecanismo de asignación de los docentes con propósitos específicos podría involucrar la delegación de la autoridad a los directores o administradores de los establecimientos educacionales, permitiéndoles selec- cionar a los maestros con las mejores calificaciones y características para que enseñen a los alumnos de sus escuelas. Las reglas de selección y los criterios de asignación deberían ser claros, transparentes y racionales. De lo contrario, se deja el sistema abierto a las influencias políticas y terminan los maestros menos eficaces enseñando a los niños más vulnerables. En cuarto lugar, los sistemas educacionales requieren información acerca de la enseñanza y el aprendizaje en forma regular y medidas de avance en función de las expectativas que se han establecido. Esta información debe ser utilizada no solo para efectos de la rendición de cuentas, sino como una herramienta para mejorar la práctica docente. Los sistemas de monitoreo y eva- luación deben abordar por lo menos tres preguntas: 1) ¿Poseen los maestros en ejercicio los conocimientos y competencias esperados?, 2) ¿El desempeño de los docentes satisface actualmente las expectativas planteadas? y 3) ¿Están adquiriendo nuestros alumnos las competencias a las que aspiramos y avan- zando al ritmo esperado en dicha adquisición? Sin una evaluación de los cono- cimientos y competencias de los maestros, de su conducta y desempeño, y de los resultados de aprendizaje de los alumnos, ni las autoridades responsables de las políticas ni los maestros mismos pueden saber en qué medida se están cumpliendo nuestras expectativas. En quinto lugar, para enseñar bien se requiere un aprendizaje continuo y para lograr que todos los alumnos aprendan se requiere que los maestros de cada escuela trabajen en conjunto en el diseño de estrategias para cada alumno. Por lo tanto, si bien un sistema eficaz para atraer y retener a los buenos maestros es aquél en el cual existen claras expectativas respecto de las competencias que deben tener los maestros y las conductas que deben exhibir, y en el cual los maestros son monitoreados y evaluados en forma continua, tan esencial como ello es la utilización de esta información para brindar a los maestros el apoyo técnico y directivo que requieren, junto con las oportunidades de desarrollo profesional para que tengan éxito en la tarea de generar el aprendizaje de los alumnos. Poder brindar este tipo de apoyo a los maestros implica contar con administradores escolares que sean también líderes pedagógicos y que trabajen en estrecha colaboración con los maestros en la utilización de la información Emiliana Vegas
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