La agenda pendiente en educación: profesores, administradores y recursos: propuestas para la nueva arquitectura de la educación chilena
41 Cristián Bellei, Daniel Contreras, Juan Pablo Valenzuela En forma complementaria, basada en su trabajo junto a González y Ro- maguera (2002), Mizala argumenta sobre la importancia de que los recursos adicionales se asignen por las condiciones individuales del niño y no de la escuela o barrio, pues de lo contrario un alto porcentaje de estudiantes vulnera- bles no participarían de la política y una parte considerable de los beneficiarios no serían parte del grupo objetivo al cual apunta el proyecto. De esta forma, el diseño propuesto por los autores y recogido en la subvención preferencial, permitiría una mayor integración de niños vulnerables en escuelas con niños no vulnerables, una mayor movilidad de estos estudiantes entre diversas escue- las, el fortalecimiento de la competencia y un mayor empoderamiento de los padres sobre la elección y los resultados educacionales de sus hijos. Con todo, la autora anticipa potenciales problemas en su implementación, como son la estigmatización de los niños vulnerables y un efecto diferenciado entre los ni- ños de acuerdo a la educación de sus padres. Mizala —a nuestro juicio— presenta al menos dos desafíos importantes. Por una parte, evitar el incremento de la segregación de los niños vulnerables, puesto que existirán altos incentivos para instalar nuevas escuelas en barrios que concentren a estos grupos de estudiantes así como a privilegiar la entrada de niños con estas características; por otra, la propuesta planteada no se hace cargo del denominado “efecto par” sobre el aprendizaje de los estudiantes vul- nerables (es decir, la influencia que la composición social del grupo de com- pañeros tiene en los logros de un estudiante); en efecto, si el nivel socioeco- nómico de los compañeros es relevante, puede que para los niños vulnerables en situación de mayor segregación el incremento de recursos financieros no alcance para compensar esta desventaja, 17 de forma que las decisiones de dise- ño asumidas (e.i. focalizar a nivel individual) tienen consecuencias respecto del objetivo buscado. 18 Por ambos motivos, tal como lo señala Mizala, es indispen- sable realizar un intensivo seguimiento al proceso de implementación y a los efectos —deseados y no deseados— que la SEP provoque en el sistema escolar, así como estudios que determinen técnicamente cuál debiese ser la magnitud de esta subvención adicional, puesto que el monto definido por la ley no está sustentado en evidencia técnica. Mizala plantea también un conjunto de comentarios importantes para el perfeccionamiento de esta subvención preferencial, así como la relación de 17 Inversamente, es posible argumentar que algunos niños beneficiados por el programa, pero que asisten a establecimientos con una alta proporción de alumnos no vulnerables, están en una situación de ventaja comparados con alumnos de bajos recursos pero no beneficiados por el programa que asisten a establecimientos de alta concentración de vulnerabilidad. En otras palabras, la vulnerabilidad socioeconómica no se corresponde mecánicamente con la vulnera- bilidad socioeducativa. 18 Durante la discusión parlamentaria se corrigió parcialmente este error de diseño, incorporando una subvención adicional por concentración de pobreza a nivel de la escuela.
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