La agenda pendiente en educación: profesores, administradores y recursos: propuestas para la nueva arquitectura de la educación chilena

37 Cristián Bellei, Daniel Contreras, Juan Pablo Valenzuela En principio, el rol del Estado debe orientarse a lograr una calidad de la educa- ción similar entre los estudiantes, independiente del nivel sociocultural de sus familias; sin embargo, la actual situación educacional del país —baja calidad generalizada y extrema y creciente desigualdad de resultados de aprendizaje—, hace razonable plantearse una meta de mediano plazo como la sugerida por Beyer, lo cual implica poner el foco de los mecanismos de seguimiento y eva- luación de la reforma en estos indicadores clave de reducción de la desigualdad en los resultados escolares. En relación al financiamiento de esta tarea, Beyer analiza tres aspectos: i) el esfuerzo financiero relativo que el Estado realiza para el sector de educación escolar; ii) la magnitud de los recursos necesarios por estudiante para alcanzar el mencionado umbral de calidad; y iii) los mecanismos de financiamiento del sistema. Se plantea que el esfuerzo financiero de Chile en educación ha sido insuficiente al compararlo con los países de la OECD; aunque —como indica el propio autor— el presupuesto del año 2008 permitiría a nuestro país equi- pararse con el promedio de la OECD en cuanto al gasto relativo en educación escolar. A su vez, Beyer compara —en términos del ingreso per cápita del país, basado en OECD, 2007— el gasto anual por estudiante de educación básica en Chile respecto de los países de la OECD y concluye que, a pesar del aumento en el valor de la subvención general, en 2008 aún sería necesario incrementar en un 20 por ciento adicional los aportes por estudiante para alcanzar el pro- medio de la OECD. Sin embargo, la incorporación de los recursos provenientes de la Subvención Escolar Preferencial implicarán que nuestro país cierre una parte importante de esta brecha, por medio de una distribución asociada direc- tamente al mayor grado de vulnerabilidad de ciertos estudiantes, elemento que el autor considera indispensable. El segundo aspecto abordado por el autor —estimar un valor de subven- ción para los estudiantes de bajo nivel socioeconómico que les posibilite recibir una educación de calidad— permite una discusión más objetiva acerca de los desafíos financieros y de gestión para mejorar la equidad en los resultados escolares. Utilizando como parámetro entidades efectivas en la provisión de educación de calidad, el autor estima que 62 mil pesos mensuales permitirían a estudiantes de bajo nivel socioeconómico alcanzar los umbrales mínimos de- finidos previamente. 16 Esta estimación parece consistente con el hecho que la Sociedad de Instrucción Primaria, atendiendo a niños de nivel socioeconómico medio, requiere de 40 mil pesos mensuales para alcanzar niveles de resultados Simce como los mencionados. Dos situaciones se pueden resaltar de la pro- 16 Al monto propuesto por el autor se le ha descontado el costo alternativo de la inversión de capital, considerando que quienes atienden preferentemente a este grupo son entidades muni- cipales y sin fines de lucro.

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