La agenda pendiente en educación: profesores, administradores y recursos: propuestas para la nueva arquitectura de la educación chilena
29 Cristián Bellei, Daniel Contreras, Juan Pablo Valenzuela fesionales calificados y suficientes. A ello se suma la separación de funciones administrativas en manos del municipio y técnico-pedagógicas en manos del Ministerio de Educación. Finalmente, una dificultad adicional sería la desigual competencia con el sector particular subvencionado, ya que este puede gestio- nar con mayor flexibilidad los recursos humanos, movilizar recursos adicionales —cobrando a las familias— y seleccionar estudiantes, generando condiciones muy distintas a las del sistema municipal. Raczynski y Salinas complementan ese diagnóstico destacando los siguien- tes nudos críticos: si bien el arreglo institucional escinde la gestión financiero- administrativa (Municipio) de la técnico-pedagógica y curricular (Ministerio), la gran mayoría de los municipios asumen tareas de gestión pedagógica aunque, en general, de un modo ni muy definido ni estable en el tiempo. Se evidencian enormes dificultades en lo administrativo-financiero por la existencia de un marco normativo restrictivo para la gestión eficiente de los recursos y un finan- ciamiento variable —al basarse en la asistencia de los alumnos a clases—, lo que generaría déficit, especialmente en municipios pequeños, con importante presencia rural y baja matrícula. Se aprecia una sobredemanda del gobierno central a las escuelas acompañada de un escaso reconocimiento del Ministerio de Educación a los esfuerzos y decisiones del sostenedor municipal. Por último los autores constatan que pese a estos problemas comunes se observa una alta heterogeneidad en la forma en que los municipios gestionan la educación. A pesar del complejo escenario descrito, Raczynski y Salinas sostienen que muchos de los municipios están en una posición activa frente al desafío educacional, lo que configuraría a su juicio un contexto ‘maduro’ para fortale- cer la gestión municipal en educación. Ello supone hacerse cargo de las prin- cipales trabas que enfrenta la gestión de la educación municipal, una mayor coordinación y colaboración entre el Ministerio de Educación y la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere), y una nueva forma de relación con los ni- veles subnacionales del Estado y con el sector privado. Por último, afirman, es urgente aumentar y mejorar las atribuciones y capacidades de gestión de la educación que tienen los municipios. A continuación destacamos algunas de sus propuestas. En primer lugar, hacer coherente la normativa del sistema escolar con el propósito de fortalecer al sector municipal. Este es sin duda un campo de dis- cusión aún abierto; de hecho, está completamente ausente del Acuerdo por la Calidad de la Educación. En el protocolo ‘Para una Educación Pública de Cali- dad’, firmado entre el Gobierno y los partidos de la Concertación en noviembre de 2007, se omite explícitamente asumir que un administrador local sea siempre sinónimo del municipio (siguiendo la línea del Consejo Asesor). Más aún, entre quienes postulan mantener la educación en manos de los municipios, la necesi-
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