La agenda pendiente en educación: profesores, administradores y recursos: propuestas para la nueva arquitectura de la educación chilena

Debate sobre la educación chilena y propuestas de cambio 26 estudiantes, y al mismo tiempo enfatizar la enorme relevancia que los salarios docentes tienen para promover una mejor educación. La magnitud y la forma en que se paga a los docentes es una decisión de política educacional de la máxima importancia. Es posible sintetizar de la siguiente forma el desafío a este respecto: cómo diseñar un sistema de remuneraciones que haga a la profesión docente tan atractiva como cualquiera otra de alto prestigio y que al mismo tiempo responda a las prioridades del mejoramiento educacional. En el caso chileno, existe evidencia de que los salarios docentes todavía no están al nivel de las demás profesiones, que algunas de las asignaciones del Estatuto Docente —como el pago por perfeccionamiento o por desempeño en “condiciones difíciles”— no son efectivas en lograr sus propósitos, que los mecanismos de incentivos ligados al desempeño han sido poco eficaces, y que el Estatuto Docente no permite reconocer la enorme diversidad de fun- ciones profesionales docentes que los profesores actualmente desempeñan o deberían desempeñar para el desarrollo de la profesión y el mejoramiento de las escuelas y liceos. Finalmente, en su análisis de la formación continua, Donoso concluye —y propone— que solo integrándola en un sistema nacional de carrera docente, que articule la formación inicial, las demandas del mercado laboral y las ne- cesidades emanadas del currículo, esta podrá desplegar toda su potencialidad. La intención de abordar el diseño de una moderna carrera profesional docente ha estado recurrentemente en las negociaciones y acuerdos entre el Colegio de Profesores y el Ministerio de Educación, pero ellas no han fructificado hasta la fecha. A su vez, el Consejo Asesor articuló buena parte de sus propuestas sobre la profesión docente en torno a la creación de una carrera profesional docente en Chile, logrando consensuar —en un trabajo que involucró directamente a los representantes nacionales del magisterio y los alcaldes— un conjunto de criterios orientadores para su diseño. Reproducimos aquí la síntesis de dichos criterios, los que definen las características que debiese tener la futura carrera profesional docente (Consejo Asesor, 2006, pp. 36-38): i. Una carrera capaz de atraer a estudiantes talentosos y retener en las aulas a profesores competentes. ii. Una carrera profesional docente con regulaciones nacionales, que poten- cie la gestión local de la educación. iii. Una carrera que reconoce centralmente las capacidades y el desempeño de los profesores, en función de la calidad y equidad educativas. iv. Una carrera ágil, que impulsa a los docentes a avanzar y desarrollarse en su profesión. v. Una carrera que reconoce los distintos méritos y motivaciones profesiona- les de los docentes.

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