La agenda pendiente en educación: profesores, administradores y recursos: propuestas para la nueva arquitectura de la educación chilena
25 Cristián Bellei, Daniel Contreras, Juan Pablo Valenzuela Como se dijo, los recursos humanos, materiales, organizacionales y sim- bólicos presentes en los establecimientos, son un factor relevante de la capa- cidad del sistema escolar para atraer y retener buenos profesores en labores de enseñanza. Comprender esto es crítico. Desde esta perspectiva las inver- siones en mejoramiento de las condiciones para la enseñanza y el aprendizaje en los establecimientos tendrían no solo un efecto sobre las oportunidades de aprendizaje de los actuales alumnos, sino además un potencial efecto en aumentar el atractivo que poseen las escuelas y los liceos como espacios de trabajo. En este mismo sentido, las características sociales, económicas y culturales de los propios alumnos, así como la calidad percibida de un esta- blecimiento, forman parte de las características que los profesores toman en cuenta al momento de decidir su lugar de trabajo. Es por ello que —señala Vegas— las escuelas en condiciones menos favorables son las que tienden a tener mayores dificultades para contratar y retener profesores, en general, y profesores efectivos, en particular. Más aún, en un contexto como el chileno, de abierta competencia entre las escuelas y con múltiples esquemas de incen- tivos ligados al desempeño operando, es esperable que esta tendencia hacia la inequidad se agudice, particularmente en zonas urbanas de mayor tamaño, donde las alternativas de movilidad laboral entre establecimientos diversos es mucho más amplia. Chile ha implementado políticas compensatorias para revertir esta situación —algunas de las cuales son analizadas por Donoso y Vegas en sus respectivos capítulos—, pero no es claro que estén logrando su propósito. Otro aspecto fundamental son las capacidades y atribuciones de gestión que los administradores locales posean, así como el lugar que ocupen en sus decisiones las necesidades de sus respectivos establecimentos. Los administra- dores de cada unidad educativa debiesen contar con instrumentos de gestión eficientes para resolver problemas de exceso de personal, falta de responsa- bilidad profesional y crónico mal desempeño de algunos docentes. Al mismo tiempo, dado que según sus características las escuelas enfrentan diferentes problemas de escasez relativa de personal docente, y que los docentes a su vez experimentan diferentes costos de oportunidad —algunos profesores poseen más y mejores alternativas laborales—, los administradores locales de educa- ción requieren un marco de flexibilidad que les permita enfrentar adecuada- mente estos desafíos. Reiterémoslo, no se trata solo de un asunto de eficiencia, sino de equidad: la ausencia de estas herramientas de gestión es probable que afecte más severamente a quienes tienen a su cargo los establecimientos más necesitados. El trabajo de Emiliana Vegas tiene el mérito de mostrar equilibradamen- te las limitaciones de los incentivos monetarios ligados al desempeño de los
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