La agenda pendiente en educación: profesores, administradores y recursos: propuestas para la nueva arquitectura de la educación chilena

21 Cristián Bellei, Daniel Contreras, Juan Pablo Valenzuela tidad de los nuevos docentes de la última década (Beca et al., 2006). A quiénes el país logra motivar para ser los profesores de sus hijos es solo el comienzo de la historia, pero es donde se decide el reparto de sus protagonistas. El siguiente desafío consiste en formar adecuadamente a los futuros do- centes. Contrario a lo que muchas veces se piensa, en el mundo existe una amplia diversidad entre países en cuanto a la organización de la formación inicial docente. Chile es un ejemplo de dicha diversidad, en este caso, aloja- da al interior de un mismo sistema escolar. En términos de las instituciones encargadas de la formación, muchos países conservan el modelo de escuelas normales, aunque generalmente como centros post-secundarios; con todo, la tendencia mayoritaria es a dar un carácter profesional a la formación docente, ya sea albergada en facultades de educación al interior de universidades com- plejas, o como universidades o institutos pedagógicos. En Chile existen además institutos profesionales —es decir, centros no universitarios— que imparten la docencia. Sebastián Donoso, en su trabajo “Políticas de Perfeccionamiento de los Docentes en Chile 1990-2005: Silencios y Proyecciones” (capítulo 3), afirma que las transformaciones implementadas desde mediados de los setenta en Chile en el ámbito de la formación inicial docente —cuyos hitos considera el cierre de las Escuelas Normales primero y años después la pérdida del estatus exclusivamente universitario— han contribuido a mermar la valoración social del profesorado. Desafortunadamente, no contamos con estudios evaluativos que permitan comparar la calidad de la formación docente provista por esta diversidad de instituciones en Chile. La diversidad en la formación docente no se reduce al tipo de institucio- nes a cargo, incluye también la estructura curricular de la carrera de pedagogía. Mientras algunos centros formadores realizan simultáneamente la enseñanza de los contenidos y de la didáctica, otros prefieren una estructura secuencial, don- de la formación didáctica se concentra al final; también varían enormemente en la ubicación y relevancia que la práctica profesional tiene en la formación —desde una posición marginal, al final de la carrera, hasta un rol clave a lo largo de todo el proceso formativo—; finalmente, la extensión de la formación inicial docente varía significativamente, puesto que en algunas universidades es homologable a una formación de postgrado, mientras otras dictan cursos de certificación muchas veces reducidos a los fines de semana. Aunque todas estas opciones están asociadas a fuertes debates al interior del campo de los formadores de docentes, no se cuenta con evidencia suficiente sobre la calidad y efectividad de estos modelos alternativos para iluminar empíricamente estas Un diagnóstico exhaustivo de la formación inicial docente en Chile, desde el punto de vista de sus responsables, se encuentra en Comisión sobre Formación Inicial de Docentes (2005) Infor- me Comisión sobre Formación Inicial Docente , Serie Bicentenario, Ministerio de Educación.

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