La agenda pendiente en educación: profesores, administradores y recursos: propuestas para la nueva arquitectura de la educación chilena
196 Más financiamiento en educación y un mejor diseño de la subvención Es importante que el diseño de una iniciativa de esta naturaleza ponga especial atención a los riesgos asociados con ella. El principal es la segregación social que ella podría generar. Esto ocurriría si se establecieran, por ejemplo, escuelas con aportes familiares y otras sin aportes familiares como ocurre, en la práctica, en la actualidad. Es mucho más razonable generar más movilidad entre establecimientos y vincular el financiamiento más a los estudiantes que directamente a los establecimientos. De este modo habría un financiamiento en principio equivalente por estudiante pero la composición público privada sería distinta (esto significa que el monto máximo del gasto por estudiante que ac- cede a establecimientos con financiamiento público es único, pero la combina- ción de aportes privados y públicos difiere para cada uno de ellos dependiendo de su condición socioeconómica). M ás financiamiento y diseños alternativos Las ideas generales aquí esbozadas se pueden aplicar al sistema de finan- ciamiento de educación actualmente vigente. Se parte de la base que deben aumentarse los recursos para educación y probablemente pensar en el media- no plazo en una reasignación entre niveles. El gasto directo e indirecto por estudiante —incluye SNED, asignaciones de desempeño, recursos educativos y “consumo” asociado a inversiones, entre otros programas, pero excluye alimen- tación— alcanzará a unos 896 dólares por niño este año (la subvención básica es aproximadamente 750 dólares). Esta cifra contrasta, con un promedio equi- valente de 2.750 dólares en establecimientos particulares pagados, pero que como hemos indicado envuelve gastos que, en estricto rigor, no influyen en el desempeño de los estudiantes en exámenes estandarizados como la PSU. Hay básicamente dos maneras de abordar el rediseño de nuestro siste- ma de financiamiento. La primera consiste en asegurar una calidad educativa mínima equivalente para que, en promedio, todos los estudiantes, indepen- dientemente de su origen, puedan alcanzar un desempeño similar. Como sabe- mos que los logros educativos están influidos por el origen, en particular por variables como la escolaridad de la madre, los ingresos del hogar o el capital cultural de las familias, la pregunta que debe responderse en primer lugar es la magnitud en que esta dimensión influye en los resultados. La prueba PISA, por ejemplo, que ha construido un indicador relativamente sofisticado de capital cultural, económico y social, sugiere que para Chile un cambio aproximado de una desviación estándar en ese indicador significa una diferencia de aproxima- damente un 40 por ciento de desviación estándar en desempeño en esa prueba. Dada la amplitud del rango de este índice para Chile las diferencias máximas asociadas a capital cultural podrían llegar a 1,5 desviaciones estándares. Ejerci-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=