La agenda pendiente en educación: profesores, administradores y recursos: propuestas para la nueva arquitectura de la educación chilena

108 Fortalecer la educación municipal. Evidencia empírica, reflexiones y líneas de propuesta el dilucidar cuán centralizada o descentralizada debe estar la gestión de la educación pública y qué condiciones son necesarias para garantizar una máxima calidad y equidad en la educación que se entrega, con todo el com- plejo entramado de definiciones y apuestas políticas y administrativas que esto implica. A nuestro juicio, constituye un equívoco pensar que solo mediante una “devolución” de los colegios al nivel central puede garantizarse una educa- ción de calidad. Por el contrario, la suma de antecedentes disponibles sobre gestión educativa y efectividad escolar, así como nuestras propias apreciacio- nes acerca de lo que debe ser el desarrollo del país, nos hacen pensar que la mejor solución institucional al problema es reformular —mejorar, profundizar y al mismo tiempo innovar— los términos en que se produce esta delegación de funciones; es decir, reforzando el diseño descentralizado, abriendo nuevas alternativas de funcionamiento, apoyos financieros y humanos, normas cohe- rentes y al mismo tiempo control por parte del nivel central, y considerando siempre las distintas realidades territoriales. Para ello, resulta central la idea básica que se plantea en este texto, a saber, que es posible y necesario implementar diseños descentralizados heterogéneos de gestión educativa, que respondan a las realidades regio- nales y locales diversas, apoyen a las iniciativas que ya se encuentran en curso por parte de algunas municipalidades y den un impulso consistente a la también significativa cantidad de comunas en las que la capacidad de gestión hasta el momento ha resultado ser deficitaria. En otras palabras, esto significa plantear que los municipios siguen siendo buenas alterna- tivas de gestión, y que en lugar de tratar de “hacerlo todo de nuevo”, la crisis de la educación municipal puede ser mejor aprovechada como una oportunidad única para la revalidación del sector como una alternativa educacional de calidad mediante políticas especiales de apoyo, y que en aquellos municipios en los que ya sea por tamaño o debilidad institucional esto no sea factible, se analicen alternativas de gestión descentralizada que agrupen territorios y alumnos. Por cierto, esto supone al mismo tiempo una profunda reforma al rol y funcionamiento del nivel central del Mineduc y su coordinación con la Subdere, instituciones ambas que urgentemente deben revisar su relación y modernizarse para mejorar su capacidad de respuesta y garantizar políticas educacionales subnacionales complementarias entre sí y coherentes con la política nacional. Esto, en un marco en el cual se han definido de modo ex- plícito las atribuciones y responsabilidades que corresponden a los agentes que operan en el nivel local, regional y central, de manera que en conjunto y complementándose, aporten a la mejora de la educación.

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