De cobre, microbios y arte

De cobre, microbios y arte 76 y permitió una diversificación de nuestra sociedad. En 1879, el país se embarcó en una guerra contra el Perú y Bolivia por el control del Pacífico y de la pampa salitrera, cuyo triunfo aseguró un acceso privilegiado de Chile a las principales rutas comerciales y la explotación de grandes yacimientos mineros. Sin embargo, el escaso control nacional sobre el salitre y los conflictos con el empresario inglés John North precipitaron la guerra civil de 1891, que finalizó con el derrocamiento del presidente José Manuel Balmaceda (1886-1891). De todas formas, la riqueza del nitrato permitió la expansión de ciudades, puertos y campamentos mineros, así como el desenvolvimiento de una prolífica escena artística y cultural. A comienzos del siglo XX, la “cuestión social” desafió al poder oligárquico y las organizaciones obreras exigieron leyes sociales y mejoras en la distribución de la riqueza. Durante los “locos años veinte” se elaboró una nueva constitución (1925) y se promulgaron leyes que intentaron resolver las profundas desigualdades que dividían al país. Los primeros gobiernos de Arturo Alessandri (1920-1925) y Carlos Ibáñez del Campo (1927-1931) pensaron que la bonanza del salitre permitirían sentar las bases de una política de desarrollo nacional y, al mismo tiempo, descomprimir la presión popular que en otras latitudes había detonado revoluciones como la mexicana o la rusa. No obstante, la inestabilidad política del periodo, el desarrollo del salitre sintético y la Gran Depresión de 1929 significaron un desplome de nuestra principal fuente de recursos naturales. El ocaso del periodo del salitre dejó en evidencia la debilidad estructural de nuestra economía y su dependencia de potencias industriales como Inglaterra o los Estados Unidos (Pinto, 1970). El ascenso del Frente Popular en 1938 reabrió las esperanzas de cambio social en el país. Durante los tres gobiernos radicales (1938- 1952) se intentó alcanzar un compromiso entre empresarios, grupos medios y obreros para promover una industrialización sustitutiva de importaciones y lograr un mayor bienestar social (Faletto, 1976). Sin