De cobre, microbios y arte
De cobre, microbios y arte 26 15 En alemán, “Kunstwesen” se puede leer a la vez como “ser artificial” y como “ser viviendo en el arte”. tras la proyección del negativo. De esta manera, las fotografías pueden conservarse durante mucho más tiempo (Ackroyd y Harvey, 2007). Incluso, en condiciones adecuadas, pueden durar años (Schiller, 2012). No obstante lo anterior, es la condición inestable y perecedera de la fotosíntesis fotográfica lo que le da sentido a la misma, pues, como expresa Carlota Santabárbara (2018), en el deterioro biológico de estas fotografías “la transitoriedad y fugacidad de la vida queda representada de manera mucho más impactante a nivel visual y conceptual” (p. 529). Arte microbiano En el apartado anterior se abordan obras que, en efecto, incorporan el uso de microorganismos. Sin embargo, su uso es auxiliar, mientras que en el arte microbiano estos son centrales en la obra. A continuación se presentan dos ejemplos representativos de este tipo particular de arte biológico. En 1987, el austriaco Peter Gerwin Hoffmann exhibió la obra “KUNSTWESEN” Mikroben bei Kandinsky 15 (Fig. 5). En este trabajo, ejecutado con la colaboración de Fritz Lichtenegger (Instituto de Higiene, Microbiología y Medicina Ambiental de Graz), el artista recoge microorganismos de la superficie del cuadro Parties Diverses de Wassily Kandinsky, para luego cultivarlos en placas de Petri. Dicha obra, pintada en 1940, data del llamado periodo parisino de Kandinsky, quien se radicó en la capital francesa en 1934 tras el cierre de la Bauhaus por parte del régimen nacional socialista alemán. En esta etapa, su trabajo pictórico se caracterizó por la incorporación del biomorfismo, esto es, el uso de formas orgánicas que se basan en y/o remiten a lo biológico (Barnett, 1985). Así, se puede decir que mientras Kandinsky lleva la biología a la pintura, Hoffmann cierra el círculo, volviendo de la pintura a la biología.
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