De cobre, microbios y arte
Arte biológico: biomedialidad y biopolítica André Barbet | Andrés Marcoleta En la década de 1980, a propósito de la entonces recientemente demostrada posibilidad de manipular directamente la información genética de organismos vivos 1 , el filósofo Vilém Flusser (198-/1998, p. 85) se preguntaba “¿Cómo, después de semejante descubrimiento, seguir haciendo obras [de arte] inanimadas (escultura, pintura, libros, partituras, películas, videos, hologramas)?” 2 . De esta manera, Flússer vislumbraba y alentaba el surgimiento de un nuevo tipo de arte, un “arte de lo vivo”, un “arte viviente”. Sin pretensión de ser un trabajo exhaustivo, el presente capítulo ofrece un acercamiento a ese arte viviente (el arte biológico o bioarte) en general, para luego enfocarse en el arte microbiano en particular, y cerrar abordando brevemente su condición biopolítica. Terminología Varios términos han surgido, desde fines del siglo pasado, para denotar a los trabajos artísticos que implican a las ciencias de la vida en los procesos de creación de las obras. Así es como han aparecido términos tales como “arte genético” (Gessert, 1993), “arte transgénico” (Kac, 1998/2005b) y “arte biotec’” (Hauser, 2003), entre otros. En este sentido, Annick Bureaud (2002) fue pionera en agrupar las prácticas artísticas que recurren a la biología en su estrategia material bajo la denominación común de “arte biológico”. No obstante, también se ha 1 En 1973, Stanley Cohen y Herbert Boyer desarrollaron con éxito el primer organismo modificado con ingeniería genética, al introducir un gen de una bacteria en el genoma de otra. 2 Traducción del portugués de elaboración propia.
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