Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
794 y, tendremos, amigas, a la aurora por único testigo. 239 La hija del faraón, como muchas de las personalidades románticas, prefiere los espacios naturales a los fastuosos palacios: «De Faraón, mi padre, el jaspeado palacio al mundo asombra; a mí del bosque el pabellón, del prado me agrada más la alfombra. «¿Qué son las fuentes en que el oro brilla, y el mármol de colores, a par del Nilo, y de esta verde orilla esmaltada de flores? «No es tan grato el incienso que consume en el altar la llama, como entre los aromos el perfume que el céfiro derrama. «Ni en el festín real me gozo tanto, como en oír la orquesta alada, que esparciendo dulce canto anima la floresta. 240 La princesa y sus doncellas ven entre el oleaje una canasta que flota: «¡Ea! trisquemos en el fresco baño, alzando blanca espuma... Mas ¿qué objeto descubre tan extraño la fugitiva bruma? «Mirad: enfrente al sicamor sombrío, 239 “Moisés salvado de las aguas”, vv. 1 - 8 , en Bello (Vol. I, p. 246 ). 240 “Moisés salvado de las aguas”, vv. 9 - 24 , ibid ., pp. 246 - 7 .
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