Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

786 influencia de la disciplina de Bello. La efectividad pedagógica del hábito gramático fue profunda. Amunátegui Reyes entrega una can- tidad apabullante de ejemplos. 224 Pero las correcciones de los Borrones gramaticales no se dirigen so- lamente al habla popular chilena e hispanoamericana —que en varias oportunidades enaltece, llamando a sus inventos chilenismos o ame- ricanismos e impetrando su incorporación al diccionario real—, y se dirigen principalmente contra las grandes autoridades de la lengua. Por ejemplo, a propósito de “me se” y el “te se” —grupos pronomina- les que, por cierto, ya nadie ocupa—, descubre y denuncia su empleo en obras de Ventura de la Vega, Juan Eugenio Hartzenbusch y Bretón de los Herreros: “ te se va la lengua” en vez de “ se te va la lengua”; una expresión hoy borrada del habla. 225 Se queja de que la Real Academia es muy dada a no incluir voca- blos nuevos salidos de Hispanoamérica, pero que, a la vez, esa mis- ma academia suprime vocablos antiguos, del castellano más castizo. Así, por ejemplo, la edición del Diccionario de la Real Academia que consulta ha suprimido la acepción “hipócrita” en la voz “jesuita”, cuando el mismo Bretón de los Herreros la había utilizado en una de sus obras de teatro; o la expulsión del diccionario de la palabra “ci- cerone”, que alude al guía turístico, y que, pese a la censura, todavía hoy a veces se ocupa. 226 También el adjetivo “ológrafo”; la palabra “silueta” (sí, el contorno de algo, suprimida en la edición de 1884 ); 227 o se suprime el adverbio abes , que aparece en el Poema del Mio Cid , y en las obras de Andrés Bello. Como se ve, la crítica contra la oficialidad del idioma que impone la Real Academia desde España es una forma de anticolonialismo muy al estilo de la geopolítica cultural del siglo XIX, pero es, conjuntamente, una manera colonial: Amunátegui Reyes cree, confía en la Academia, en aportar a su canon, en corregirla: no la da por asunto ajeno. Con 224 Así también, por ejemplo, “tongo” por “hongo” (sombrero hongo), supuestamen- te un error muy extendido en los tiempos del autor, ibid ., p. 113 . 225 Ibid ., p. 50 . 226 Ibid ., p. 62 . 227 Ibid ., p. 66 .

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