Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

785 faltas gramaticales de Sir Walter Scott, pero sí la exagerada pedantería gramática de Alfred Tennyson, a quienes refiere como ejemplos ex- tremos: “Está bien que no tengamos escrúpulos de monja en materia de lenguaje —nos dice—; pero no caigamos en el exceso contrario”. 220 El hábito gramático propulsado con denuedo por Bello, en el plano jurídico, fue enormemente eficaz. También en sus Borrones grama- ticales , que es un ensayo de disciplina gramática, Amunátegui Reyes repasa estas victorias y transformaciones del habla, operadas en la lengua de la legislación nacional gracias a Bello. Para eso desentierra una ley anterior al Código Civil , una del 23 de octubre de 1834 . Esta ley, en su artículo segundo, a propósito del pago de un impuesto, ocu- pa en sentido equívoco las expresiones “posesión”, “arrendador” y “usufructuario”, 221 al punto que para cualquier estudiante de Derecho constituiría un escándalo. El adecuado uso gramático de estas pala- bras Bello lo deslindó en el Código Civil y desde entonces la legisla- ción las ha empleado con suma exactitud. Asimismo, por ejemplo, ocurrió otro tanto con la palabra “reasu- mir”, que en tiempos de Bello —y por lo visto todavía a la fecha de la publicación de los Borrones gramaticales, en 1894 — los chilenos decían en vez de “resumir”. Hoy no dudamos que “reasumir” y “re- sumir” son palabras ni siquiera afines, pero en época de la Gramáti- ca de Andrés Bello la confusión estaba extendida por toda la socie- dad chilena e incluso por la española. Amunátegui Reyes denuncia que en la mismísima traducción que el literato hispano Eugenio de Ochoa ( 1815 - 1872 ), que había hecho versiones de Hugo y Scott, rea- lizara de Valentine , de George Sand, se cometía dicho error: “Este solo segundo reasumiria [sic] en sí mas dolores de los que pudiera darme”. 222 La misma errata, pero ahora en la traducción al castella- no de Notre Dame de Paris , de Victor Hugo: “En fin, para reasumir [sic] lo que hemos dicho”. 223 Como se ve, hablamos aquí de un error descontinuado. Una desaparición que, de alguna manera, prueba la 220 Ibid ., p. 101 . 221 Ibid ., p. 15 . 222 Ibid ., p. 31 . 223 Ibid ., p. 41 .

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