Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

784 hace distinciones entre familias. Señala que la historia de esas fami- lias no fue únicamente la de soldados que combatieron en Arauco o comerciantes, sino también la de grandes espíritus que fueron los que “contribuyeron a despertar a la patria en el glorioso año de 1810 ”. 215 Por lo mismo, el trabajo tiene algo de reportaje de denuncia, porque no todos colaboraron con la nueva era cuando aún constituía una sim- ple promesa. Por ejemplo, en el tomo segundo, dedica una sección a narrarnos cómo Francisco García de Huidobro se hizo rico en el comercio de esclavos, y Domingo Amunátegui Solar simula no censu- rarlo, sosteniendo que la memoria de este mayorazgo “no se ennegre- ce” por su actividad lucrativa esclavista. 216 El estudio tiene mucho de jactancia aristocratizante que intenta fijar y aclarar cuáles fueron las familias antiguas, para así repeler a las nuevas, aspiracionales y cada vez más empoderadas a fines del siglo XIX. 217 hábito gramático , una y otra vez El hablante parecía estar escindido para Miguel Luis Amunátegui Re- yes. ¿Qué pretendía para él la gramática? “Buscar la ecuación entre el pensamiento i la palabra”. 218 Se trataba, antes que de una fluidez co- municativa con los otros, de una soltura en la comunicación consigo mismo. Tayllerand había dicho que “la palabra ha sido dada al hom- bre para ocultar su pensamiento” (frase que también se le atribuye a Fouché). “Semejante máxima —comenta Amunátegui Reyes— es una bufonada o una bellaquería”. 219 Él creía todavía en la transparencia del lenguaje. Esta visión transparente tenía, sin embargo, ciertas peculia- ridades. A Amunátegui Reyes no le parecían censurables las muchas 215 Ibid ., pp. 65 - 6 . 216 Ibid ., p. 70 . 217 Fenómeno que el poeta Vicente Huidobro —raptor de la adolescente hija de Do- mingo Amunátegui Solar— refirió al distinguir entre “apellidos vinosos” y “ape- llidos bancosos” en su “Balance Patriótico ” . 218 Amunátegui Reyes ( 1894 , p. 80 ). 219 Ibid ., p. 90 .