Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

78 Bello se dedicó mucho a estudios eruditos y poco a conocer la vida inglesa literaria de entonces, 25 aquella que posteriormente será llamada romanticismo inglés. Sin embargo, todos estos estudios, por más quie- tistas y bibliófilos que fueran, rindieron frutos. Es durante este largo encierro reflexivo cuando se siente interiormente más libre porque se hace más sabio. Llega a ver que la erudición curiosa, sin sentido a corto plazo, es la llave del ingenio más práctico. Como veremos, esta convicción fundará sus ideas sobre la historia narrativa. Estos estudios también lo harán un conocedor profundo de la historia europea, que contrastaba con su recuerdo refrescante de la naturaleza americana. En 1827 , todavía en Londres, Bello escribe una supuesta “Carta”, en tercetos, que imagina dirigida al poeta Olmedo, a quien quiere sal- var de las frivolidades de París y devolverlo a la naturaleza de Guaya- quil, desde donde había salido, como Bello de Caracas, tiempo atrás: ¡Mal haya ese París tan divertido, y todas sus famosas fruslerías, que a soledad me tienen reducido! ¡Mal rayo abrase, amén, sus Tullerías, y mala peste en sus teatros haga sonar, en vez de amores, letanías! 26 Pero esa naturaleza americana es además una patria ya establecida, en que puede desenvolverse la libertad sin “antojos”, “beleco” y “falsía” 27 (la tríada del poema es “virtud, humanidad, naturaleza”). 28 Como a la musa, lo hace atravesar los océanos, no abriéndolos como Moisés, sino que surcando su “ancha espalda”: relativas a los asuntos más diversos, mezclados en el hacinamiento de la escasez de papel. Muchas de esas anotaciones lucen la apertura de la mera curiosidad, que es el origen de la libertad y cumplen muchas veces funciones de fotocopiadora. 25 Fernández ( 1994 , p. 139 ). 26 “Carta”, vv. 4 - 9 , en Bello (Vol. I, p. 93 ). 27 “Carta”, v. 27 , ibid ., p. 94 . 28 “Carta”, v. 78 , ibid ., p. 95 .

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=