Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

737 Si atendemos al contexto en que fue dicho ese discurso, vemos que parece totalmente iluso, una utopía sin cuento. Miguel Luis Amunáte- gui apuntaba el estado de cosas en los tiempos en que Bello comenza- ba a actuar en Chile: Pero a pesar de todo el estado de la educacion publica se hallaba mui distante de ser satisfatorio. Faltaban profesores, testos i elementos escolares. No se conocían los buenos métodos. La sociedad en jeneral era inculta. No había aficion a leer ni a aprender. La inmensa mayoría se figuraba que el único fin de los estudios era el arte de defender un pleito, o de medir un terreno. La enseñanza de la medicina no se había aun planteado. Eran mui contados los chilenos que, a la sazon, supiesen espresar pasablemente sus ideas, fuese de viva voz o por escrito. Si eran mui raros los que podrian manejar con mediano acierto la prosa, eran mas raros los que podian usar de este modo el verso. 110 Destacable que haya habido tanta inquietud en Amunátegui por el cultivo del verso. Una década después de pronunciado ese discurso de instalación, los hermanos Amunátegui en La educación primaria , cifraban en alrededor de un 90 % el analfabetismo en Chile. Tiempo antes, en Paraguay (“China recóndita”, lo llamó Sarmiento), 111 y bajo la dictadura vitalicia del doctor Francia, se consideraba alfabetizada a la población. En suma, como directores espirituales y educaciona- les de sus respectivas repúblicas, Bello y el doctor Francia, en casi la misma época, se erigieron en representantes de un estilo diferente, lo cual no es trivial, pues Francia era un ilustrado con todas las de la ley. La capacidad de hacer proliferar una estirpe de sucesores dignos del maestro fue sin duda el mérito del estilo de Bello, por mucho que entre los suyos haya sobrevenido una época de apostasías. 110 Miguel Luis Amunátegui ( 1962 , p. 341 ). 111 Sarmiento ( 1845 , p. 11 ).

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