Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
734 Este “gobierno de las mentes”, o, mejor dicho, “sobre las mentes”, se volverá urgente porque se querrá ver en él la única manera de com- patibilizar el liberalismo heredado de la Revolución francesa con las exigencias democratizadoras que habían sido pospuestas por, supues- tamente, ahogar al individuo: la amenaza radical jacobina. Estos problemas europeos parecían menos apremiantes en Chile. “Nuestras miradas deben dirigirse únicamente a los hombres buenos para cuidar de que no se conviertan en malos”, escribe Bello en uno de sus artículos. 104 Este ideal de hacer cada vez mejor a los mejores (y este escepticismo frente a los no tan mejores) puede reprochársele a Bello, y es que buscaba generar una elite, lo que he llamado aquí un grupo de gramócratas, a partir de aquello que estaba dado, dispuesto. Para esto, es útil recordar un artículo de Andrés Bello titulado “Educación”, publi- cado en El Araucano , por 1836 , que ha sido muy mal leído: El círculo de conocimientos que se adquiere en estas escuelas eri- gidas para las clases menesterosas, no debe tener más extensión que la que exigen las necesidades de ellas: lo demás no sólo sería inútil, sino hasta perjudicial, porque, además de no proporcionarse ideas que fuesen de un provecho conocido en el curso de la vida, se alejaría a la juventud demasiado de los trabajos productivos. Las personas acomodadas, que adquieren la instrucción como por una especie de lujo, y las que se dedican a profesiones que exigen más estudio, tienen otros medios para lograr una educación más amplia y esmerada en colegios destinados a este fin. ¿Por qué Bello, el más renombrado educador y divulgador americano se expresaba así? Porque estaba intentando convencer a un auditorio hostil a cualquier tipo de formación de que esta era necesaria. Ha- bía muchos quienes preferían que las clases populares no recibieran educación alguna. Bello, con esa argumentación, les hacía confiar en que la instrucción sería funcional y no disfuncional, por así decirlo. más benigna y a la vez invasiva de intervenir las familias por parte del Estado en comparación, por ejemplo, a la recaudación de impuestos y el servicio militar. 104 “Escribanos”, en Bello (Vol. XVIII, p. 598 ).
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