Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
732 representa una tradición de la antihipérbole, y eso lo hace un tanto aburrido para quienes gustan de ensordecer. Quizá el gran vindicador de la hipérbole será Pablo de Rokha. Poeta sin hipérbole, pensador sin hipérboles, es decir, un gramático, Bello busca siempre la proporción virtuosa en las posibilidades que encierra la propia lengua. Por eso que a menudo su acento y su poética son neutrales. Como escritas por la gramática misma. La poesía estudió el español de Bello y se hizo grande en cuanto se libró de sus proporciones. En el estilo chileno, hay un mundo caótico y oscuro, ventoso, que la república somete, ensalza, al cual a la vez abraza y se opone. Escribe Adolfo Couve, ese maestro del clasicismo, en su Alamiro : LlayLlay en araucano significa «vientoviento». Cae sobre el valle, arremolina las palmas de la calle y se remonta al cielo para dispersar la Vía Láctea. Nadie le opone resistencia. Sólo un arrogante padre de la patria que hay en medio de la plaza desenvaina su sable y apun ta al cielo en un ademán de bronce. 102 102 Couve ( 2013 , p. 24 ).
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