Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

708 principio, cuesta entender tal cosa como “una gramática de la liber- tad”. A primera vista la gramática (o el gramático): quiere ver cómo las formas del hablar van rodando por la cuesta de lo hablado, hasta dormirse en el sistema. Le gusta contemplar cómo, al deslizarse por la pendiente general que va de la libertad a la sujeción, cada forma idiomática se conduce siempre de modo distinto, disgregándose y agregándose a otro estado formal. El es- pectáculo siempre cambiante de este patinaje es, dentro de una to- tal uniformidad en lo general, de la mayor variedad imaginable en lo particular. pues siempre llegan nuevos huéspedes, quién sabe de qué reino de la luz, y van resbalándose y sumiéndose en la existen- cia tenebrosa del sistema. 50 Belford Moré ha sostenido que la gramática: rebasa lo meramente instrumental. El grado de racionalización de las pulsiones del poder y la autoridad social de que este saber gra- matical está revestido lo convierte en la fuente privilegiada para la legitimación de la política lingüística y de cada preferencia que se pretende imponer. 51 Mientras que, en otro texto, sobre gramática y ortología, agrega que ambas están imbricadas. La ortología es presentada como un pie for- zado de toda apreciación poética, pues no basta la gramática a secas. En la ortología, la gramática comienza a complejizarse como arte: Como se ve la gramática y la crítica se definen como ámbitos de in- tereses específicos que, no obstante, convergen en un mismo obje- tivo: el control de la producción textual. Ambas tejen una relación análoga a la que se produce entre el ámbito legislativo y el judicial en la esfera del Estado. La gramática establece leyes, patrones de conducta lingüística que deben ser asumidos por los escritores y 50 Ibid ., pp. 109 - 10 . 51 Moré ( 2004 , p. 69 ).

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