Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

660 El orden público ha sido amagado en san Felipe y en Santiago, don- de se ha ocurrido a motines escandalosos por facciones que guiadas sólo por sus pasiones han querido sacrificar a ellas el bien del país, abriendo la puerta a la guerra civil y a la anarquía con todos sus ho- rrores. El Gobierno se ha visto precisado a investirse por dos veces del poder extraordinario que la Constitución sabiamente acuerda, para poner la República a cubierto de una conmoción interior y para salvar las responsabilidades inmensas que su posición le im- pone. Mas estos mismos ataques han venido a robustecer y afianzar la tranquilidad y el orden interior, manifestando cuán arraigados se hallan, y cuán dispuestos a prestarle su apoyo, están los ciudada- nos. En San Felipe toda la provincia se armó contra los amotinados de la ciudad, y en el motín militar de Santiago, viéronse el batallón sublevado y los cabezas, sin apoyo del pueblo y atacados por la mis- ma fuerza ciudadana, por ese mismo pueblo de que se aclaman de- fensores. La lección ha costado sacrificios bien lamentables, pero ha sido eficaz. Es preciso que el país vea que ya pasó el tiempo de los motines y que si por desgracia llegara a obtenerse un triunfo efímero, como en San Felipe, la reprobación del país entero y las fuerzas combinadas de todos los puntos vecinos ahogarán en su origen ese germen de calamidades sin cuento. 553 A continuación, el mensaje vincula los tumultos a las elecciones y llama a mirar con atención la ley electoral: “Defectuosa la presente [ley] en muchos puntos, deja abierta la puerta a abusos graves, y sus mismos vacíos originan continuos embarazos y dificultades. Cortad estos males mejorando la ley guiados por vuestras luces y patriotis- mo”. 554 El presidente Bulnes cierra con unas palabras donde se des- envuelve toda la retórica legalista, la aduana espiritual, el estilo de la mesura de Bello; previene contra “un espíritu de subversión [que] trabaja a las naciones de Europa; quiméricos e irrealizables sistemas las perturba”. Y continúa: “Las doctrinas desorganizadoras que minan 553 “Mensaje del Presidente de la República en la apertura de las cámaras legislativas de 1851 ”, en Bello (Vol. XIX, pp. 232 - 3 ). 554 Ibid ., p. 233 .

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