Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

650 Suplico, pues, a usted quiere hacerme el favor de tomarse la mo- lestia de buscar y contratar en los términos dichos, avisándome el resultado de su diligencia. Mucho me he acordado de usted, especialmente del 31 de marzo para acá. Averiguando donde se hospedaba usted, me han dicho que le tomó la bulla en un lugar muy inmediato a ella. Deseo que lo pase usted bien, y que, dispensando mis incomodidades, mande a su afectísimo y seguro servidor Q.B.S.M. Mariano Egaña . 531 El trato altanero con que Egaña se refiere a los jardineros, a los ex- tranjeros, a las mujeres es cosa hilarante y triste. Una semana des- pués, vuelve a escribir, dando más instrucciones a Bello, que en ese momento no solo era funcionario de los ministerios de Hacienda y Relaciones Exteriores; sino que, además, senador de la república y rector de la Universidad de Chile: Santiago, 18 de abril de 1846 Mi apreciadísimo amigo y señor: Doy a usted muchas gracias por las diligencias practicadas para conseguir el jardinero inglés, aunque han salido infructuosas. Aho- ra creo que sería bueno, porque estoy seguro que William Gar- nham (así se llamaba el último jardinero de Peñalolén) y Tomás Rosse, uno de sus antecesores, no se nos habrían escapado, aunque hubiesen puesto su aviso desde el Japón, y Rosse ha de residir en alguna de las Maldivias [sic]. Sin embargo, si antes de venir usted supiere de alguno que dé indicios de ser tolerable, rige para con él la misma propuesta que debió hacerse al malogrado. Que sea para bien el cargo de senador. No dejará usted de con- venir conmigo en que es mucha honra esta de que de las causas de uno, sólo puede conocer la Corte Suprema de Justicia. 532 Y de nuevo, a la semana siguiente, frivoliza con el fuero que conlleva la calidad de senador: 531 Epistolario II, en Bello (Vol. XXVI, pp. 120 - 1 ). 532 Ibid ., p. 124 .

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