Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
645 Pero leerlo así es demasiado simple. Bello admiraba las flores y las cultivaba, pues vindicaba la naturaleza intervenida por el estilo hu- mano. En tal sentido, la jardinería era para él una continuación excel- sa de la agricultura; era un cultivo de la visión, no del estómago. Tal como el estilo lo era respecto de la gramática, el paisajismo lo era en relación con la arquitectura. José Martí entendió este en- tramado de ideales poéticos y botánicos cuando escribe sobre Bello: “llama[r] con grandes voces de trabajo a la roca, el surco, a la entraña del monte”. Es más, por ese acto de cultura Bello “ve cómo, ayudada de las artes, se salva la tierra”. 522 Sus vínculos de amistad con Javiera Carrera son un capítulo muy sabroso de la relación entre los criollos chilenos y venezolanos del siglo XVIII (ambos contaban veinte años cuando acabó ese siglo; entonces una edad madura). Eran criollos viejos que se sentaban a conversar por las tardes mientras miraban el jardín. Javiera Carrera era una mujer cul- ta que no había asistido a ninguna universidad. Era una prueba viviente de la cultura popular y aristocrática que presidía a los criollos bajo el Imperio Español y que fue el suelo fértil de su soberanía futura; era, por tanto, para Bello, una obra más que el imperio debía preservar. Javiera Carrera había sido una de las precursoras de la Independen- cia de Chile; se había tenido que fugar a la Argentina y recorrer a pie las pampas para terminar como polizonte en un navío portugués. Al parecer, sus enemigos la tenían viviendo en una mansión en el cam- po, lejos de la capital, para que no revolviera más el gallinero, hasta su muerte en 1862 . Andrés Bello buscó su compañía y la iba a visitar. Ella estaba empeñada en hacer crecer unas dalias y él se compromete a averiguar algunas claves para cultivarlas. Le envía esta carta: Santiago, 4 de marzo de 1834 . Mi Señora Doña Javiera Carrera. Muy señora mía de todo mi respeto y cariño. He encontrado en mis libros menos de lo que yo esperaba acerca del cultivo de las dalias. 523 522 Martí ( 1995 , p. 213 ). 523 Epistolario II, en Bello (Vol. XXVI, p. 26 ).
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