Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

621 “ imitación ”: traducción y libertad Los emigrados españoles en Francia hicieron traducciones al parecer muy malas. La opinión de Mariano Egaña a este respecto causa cier- ta hilaridad. Egaña veía casi “mano mora” en esta desprolijidad: “Al parecer sería una prueba más de la malquerencia de los españoles, que no contentos con crear dificultades políticas a los hispanoameri- canos se empeñan en estropearles su lengua”. 464 Debido a la ausencia de imprentas, la circulación de libros para Hispanoamérica se tenía por fin primordial, como también su calidad gramática. No era baladí que pudiera ser dejado a la espontaneidad del comercio bibliográfico. Se trataba del uso coherente de la libertad del colectivo frente a la permanente amenaza española; de la función federativa de la lengua a cuyo espíritu he llamado imperio: en fin, incumbía a la aduana es- piritual que los criollos instruidos instalaban a la fiscalización y a la censura, que hoy es el perfil más feo del estilo. Las anotaciones de Bello en Londres están repletas de referencias a traducciones: las traducciones que los medievales hicieron de la edad clásica, principalmente, así como las que las distintas culturas hacían también de sus rivales. Bello identifica, en sus cuadernos de Londres, que los progresos médicos, por ejemplo, estuvieron durante la Edad 464 Citado en Llorens ( 1979 ) y este en Pagni ( 2009 , p. 81 ).

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