Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
62 Francia, en el Paraguay, será comida por la humedad, sin que por esto el papel sea reciclado. Las rumas de documentos y legajos se transfor- marán en pesadas esponjas, donde crecerá el moho y acaso florecerá el último derivado de la madera, como en la ópera Tannhäuser . La sequedad del valle central chileno será un clima propicio para la pros- peridad de la letra. Los gramócratas podrán confiar en la resistencia de su gobierno, en el favorable archivo de la naturaleza. El papel y sus letras no volverán a la naturaleza, se mantendrán por fuera de ella. Tal como la pintura —ese origen de la escritura— “hiere continuamente la vista”, 100 la escritura es esta marca en la savia de la existencia, que la hace visible y legible. Tal vez la propia caligrafía de Bello, que se fue corrompiendo con los años al punto de verse incapaz de descifrarla, lo volcó obsesiva- mente hacia la imprenta, esa letra de hierro. Escriben los Amunátegui: Don Andres Bello, que tuvo en su juventud una forma de letra clara i hermosa, ha ido de año en año haciéndola peor i peor hasta haber llegado al estremo de que él mismo no puede descifrar lo que es- cribe a los pocos días de haberlo escrito, o mejor borroneado. Por esto tiene composiciones copiadas con su maldita letra que solo entiende a trozos, i eso mediante el ausilio de un lente; i otras que aun para él han llegado a ser mas misteriosas que los jeroglíficos de Ejipto para los sabios. 101 Bello escribió sobre el mítico poeta Homero que “su nombre ha so- brevivido a los otros por algún incidente”, pero lo que agregaba bien podría decirse del propio Bello: “es un ser ideal, el símbolo de toda una era poética”, 102 a lo que aquí agregaría que esa era poética , en el caso suyo, es también una era historiográfica y política, en la que la producción textual de Bello se mezcla con la de la propia república de Chile, de tal suerte que llegará a haber tantos textos útiles cuya autoría se atribuye a Bello, no tanto por un afán de imputarle todo, 100 “Bosquejo del origen y progresos del arte de escribir”, en Bello (Vol. XXIII, p. 80 ). 101 Gregorio Víctor y Miguel Luis Amunátegui ( 1861 , p. 245 ). 102 “Compendio de la Historia de la Literatura”, en Bello (Vol. IX, p. 41 ).
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