Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
611 Es la angustia de la tarde, en la que el día sigue vivo, pero impera ya la noche, como un luto que se despliega. Escribe en la versión prelimi- nar de este mismo poema: ya el luto se desvuelve que atavía a la Naturaleza viuda del Sol; aun no fenece el día y ya el imperio de la noche empieza. 447 El aspecto “espectricida” de Bello no es sino un capítulo de su estilo declaradamente divulgatorio. El hecho de publicar aquello sobre lo que se ha trabajado hoy tiene un carácter casi obvio; los académicos en rigor compiten por quién publica más y en mejores tribunas, pero no siempre fue así. A fines del Antiguo Régimen, en los albores de la Revolución francesa, todavía en Francia, al momento de asignar las pensiones que eran solicitadas al rey por los académicos (filósofos ilustrados afines al gobierno), se tenía muy en cuenta que el acadé- mico postulante no hubiese hecho publicar sus escritos en la impren- ta para información del gran público, sino que hubiese enviado los manuscritos a los funcionarios respectivos para que solo ellos fuesen informados del progreso del conocimiento. 448 La personalidad inte- lectual de Bello mutó junto con su tránsito geográfico. La vida hasta 1810 en Caracas es de formación; la de Londres hasta 1829 , de una intensa digestión anónima; la de Chile, a partir de 1829 , constituirá al Bello que conocemos: al autor de la Gramática , del Código Civil , el de los Principios de Derecho Internacional , Principios de la ortología y métrica , el rector, el parlamentario, el consejero áulico, el sano intri- gante sabelotodo. 447 “En el álbum de la señora doña Josefa Reyes de Garmendia” (Versión B), 21 - 24 , ibid ., p. 344 . 448 Así, por ejemplo, en su libro Edición y subversión , Robert Darnton relata el caso de J. C. N. Dumont de Sainte-Croix, jurista menor al que se le negó la pensión que solicitaba. Dice el documento que cita Darnton: “Todas las aportaciones a este género merecen ser incentivadas, siempre y cuando se hagan para conocimiento exclusivo del gobierno y no del público general, al que pueden incitar a rebelarse contra las leyes establecidas en lugar de aprender la manera de contribuir a su mejora”. Darnton ( 2003 , p. 24 ).
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