Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
610 internacionales subterráneas. Se comportó como si nada de esto exis- tiera, y de existir, no fuera más poderoso que la luz. La luz desluce, y no oculta, a todo espectro. Este es el papel de la luz de la mente, por el que Bello se juega. No es que se dedique a destruir espectros, a la ma- nera de aquellos pensadores del siglo XVIII. Más bien, actuaba como si no existiesen (y si lo hacían, solo en la vida privada). Ahora, Bello sí pudo haber realmente creído en percepciones extrasensoriales o manifestaciones místicas, como ha resumido Hanisch Espíndola. En todo caso, si la aparición de espectros en Shakespeare —tan admirado por románticos europeos y america- nos— pudo desatar la sedición, en la vida de Bello tuvieron la forma de mera anécdota mistérica. papeles de la luz La manera espectral está en muchas cosas. Son los temores humanos que remiten a la infancia, son fantaseos utópicos. Escribe en “A Olim- pio. Imitación de Victor Hugo”: “Las ilusiones que tocar pensaban/ mis infantiles manos,/ disipó la razón, como disipa/ la aurora espec- tros vanos”. 445 El día en el sol es un tiempo que no pasa, los espectros son sombras, fragmentos de la noche que la luz “disuelve”. La diso- lución de los fantasmas de la superstición gracias a la luz de la “acla- ración” es un motivo propiamente dieciochesco. Pero en otra parte Bello se refiere a la vejez como un “resto” dominado por espectros. La mañana disolvía las sombras, pero el atardecer las trae de regreso: Es una sombra pálida la vida, una tarde fugaz, descolorida, do del pasado entre la niebla oscura, lo que esperanza fue, placer, ventura, todo ya se deslustra y desencanta, y en lívidos espectros se levanta. 446 445 “A Olimpio. Imitación de Victor Hugo”, vv. 397 - 400 , en Bello (Vol. I, p. 228 ). 446 “En el álbum de la señora doña Josefa Reyes de Garmendia” (Versión A), vv. 23 - 28 , en Bello (Vol. I, p. 341 ).
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