Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

602 El estilo de su gran reforma ortográfica tenía referentes que hoy po- dríamos llamar inadecuados: Las grandes reformas, las que están fundadas en principios inmu- tables, y reconocidos por todos, se efectuan cerrando los ojos, y poniendo mano á la obra. Cuando la Convencion francesa, mandó organizar el famoso sistema decimal de pesos y medidas, que será al fin el sistema del mundo civilizado, no se paró en las dificultades con que tenia que luchar, sino que lo llevó á ejecución. 431 La analogía era inadecuada: mientras la reforma ortográfica persegui- da por Sarmiento no quería sino sincerar los usos vigentes (y recono- cer aquello que, al menos para ciertos países americanos, ya estaba en funciones), el nuevo sistema de pesos y medidas había sido un invento, uno de aquellos que por su envergadura no puede hacerse ni todos los días ni cada cien años. Sarmiento parece buscar una regeneración desde abajo, en que la tutela de los viejos formados en el Antiguo Régimen desaparezca: “El senado conservador, creado para resistir a los embates popula- res, para conservar la rutina y las tradiciones, son, a nuestro juicio, si nos perdonan la palabra, el partido retrógrado, estacionario, de la sociedad habladora”, escribe. Más aún, Sarmiento es un antigramático confeso: “La gramática no se ha hecho para el pueblo; los preceptos del maestro entran por un oído del niño y salen por el otro [...] el há- bito y el ejemplo dominante podrán siempre más. Mejor es, pues, no andarse ni con reglas ni con autores”. Bello pasaba con estas polémicas a constituirse en un guardián de los valores hispánicos del extinto imperio. Nada más lejano a sus delicados puntos, como hemos visto a lo largo de este libro. Las po- lémicas con Sarmiento son, en buena parte, otra manifestación del choque entre imperio y civilización. Sarmiento lo veía con claridad, y se lo enrostraba a Bello: “Y cuando las naciones civilizadas desa- tan todos los andamios para construir otros nuevos, cuya forma no se les revela aún, nosotros aquí apegándonos a las formas viejas de 431 Ibidem.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=