Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
596 Los dardos que lanzó contra Bello fueron reiterados, además de no dejar de crear problemas entre el gobierno chileno y el argentino, este último del cual se había asilado. 421 Sarmiento era demasiado lúcido en lo tocante al instrumental lite- rario. En Chile dirigió como un general sin tropas la batalla en torno al romanticismo. Como ya he dicho, a partir de un artículo que apa- rentemente Bello firmó bajo un pseudónimo, Sarmiento desató la po- lémica. Sus escritos se transformaron en verdaderos manifiestos que no tienen tanto que envidiar a los de Victor Hugo o Stendhal. Como hemos visto, Bello alegaba que la unidad de la lengua era una cuestión principal y que por lo tanto eran los sabios quienes podían ir modifi- cándola; él estaba pensando en los aportes que los grandes poetas y letrados habían hecho a las formas de la lengua, a sus figuras de dic- ción. Pero Sarmiento y su grupo aducían que la lengua pertenecía al pueblo y que era aquel el llamado a modificarla. Sarmiento escribirá: Pareciera que en religión, historia y costumbres nacionales, hubié- semos de contentarnos con lo que la católica España nos diese de su propio caudal; pero desgraciadamente no es así. Los españoles de hoy traducen los escritos extranjeros que hablaban de su propio país, y nunca tuvieron en Religión un Bossuet, ni un Chateaubriand, ni un Lamennais. ¿Con qué motivo de interés real y de aplicación práctica a nuestras necesidades actuales, se quiere que vayan a ex- humarse esas veneradas antiguallas del Padre Isla y Santa Teresa y Fray Luis de León y el de Granada, y todos esos modelos tan de- cantados que se proponen a la juventud? ¿Para adquirir las formas? ¿Y quién suministrará el fondo de las ideas, la materia prima en que han de ensayarse? 422 421 En 1849 el gobierno de Buenos Aires se quejaba de una carta de Sarmiento al te- niente coronel argentino José Santos Ramírez. El gobierno de Juan Manuel de Ro- sas pedía “reprimir y castigar al autor de la carta como culpable […] de sedición, en que se ha abusado del asilo que se le ha concedido por esta República”, expli- caba Bello en su Memoria del Congreso Nacional. Ver “Memoria que el Ministro de Estado en el Departamento de Relaciones Exteriores presenta al Congreso Nacional”, en Bello (Vol. XIX, p. 615 ). 422 Sarmiento, en Pinilla ( 1942 , p. 34 - 5 ).
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