Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

595 con la palabra sus formas casi de gaucho, que pronto nos intimamos con él; habiéndole indicado que abriese una escuela para ganar su vida, le ayudamos a fundarla en aquellos mismos departamentos so- litarios del tercer piso de los portales, comenzando desde entonces a allanarle el camino para la direccion de la escuela normal de precep- tores, que tenia en proyecto don Manuel Montt, quien era a la sazon el ministro que servia de centro a las esperanzas de todos los que anhelabamos por un cambio de politica, i por una proteccion mas intelijente i mas decidida a la instruccion publica. Poco despues le presentamos en casa de aquel ministro, dando asi orijen a una larga amistad, que hoi mantienen ambos, despues de habersela comproba- do con reciprocos servicios. 416 Desde muy temprano, los gramócratas vieron en él a un genio ad- verso. “Escritor de injenio sorprendente, vivo i arrebatado, pero no siempre de buena memoria ni de mucha consecuencia en sus obras”, escribieron los hermanos Amunátegui. 417 Incluso el reputado antiau- toritario Jotabeche, que era miembro inconstante de la Facultad de Filosofía y Humanidades, se alarmó con ese “anticristo literario” que quería “una revolución sangrienta”: vaticinaba que la sola publica- ción de la memoria de reforma de la ortografía de Sarmiento dejaría a Chile en ridículo frente a otros pueblos, como se lo confidenció a su entrañable amigo Tocornal. 418 Sarmiento es, en ese sentido, un estado mental de la federación argentina. “Norteamericanizado indio bravo, gran odiador y desentendedor de lo criollo”, 419 lo llamó Borges, quien vio su alta traición al vindicar Sarmiento el constitucionalismo nor- teamericano en su polémica con Alberdi. 420 Sarmiento, incluso, escri- bió una Vida de Lincoln . 416 Lastarria ( 1885 , p. 81 ), citado por Sacks ( 1988 ). 417 Gregorio Víctor y Miguel Luis Amunátegui ( 1861 , p. 205 ). 418 Citado en Jaksic ( 2001 , p. 264 ). 419 Borges ( 2011 , p. 610 ). 420 Se trató de una polémica por cartas. Alberdi escribió las Cartas quillotanas , pues fueron escritas desde Quillota; y Sarmiento Las cien y una . Para una informa- da lectura en el contexto del constitucionalismo latinoamericano ver Gargarella ( 2015 , pp. 125 y ss).

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