Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
594 El representante de la sabiduría entre nosotros ponía al frente de las nuevas esperanzas las tablas de la antigua ley. Su magisterio en aquellos momentos era una potencia que tomaba bajo su protec- ción todas las tradiciones añejas que encadenaban el espíritu hu- mano, cuya independencia queríamos nosotros conquistar. 414 Meneses y Mora fueron los antagonismos importantes que despertó Bello en una generación que pertenecía más bien a la suya. Pero en la generación siguiente, entró en escena uno de los más sagaces interpe- ladores de Bello, que llegaría a ser el presidente de Argentina y cuya estadía en Chile se explicaba por la dictadura de Rosas (ese “caudi- llo mayor destinado a dominar a los caudillos menores”): 415 Domingo Faustino Sarmiento. Es a Lastarria al que debemos una de las descrip- ciones más brillantes de la persona de Sarmiento, y que reproduzco para ahorrarme un mal parafraseo: El hombre realmente era raro: sus treinta i dos años de edad parecian sesenta, por su calva frente, sus mejillas carnosas, sueltas i afeitadas, su mirada fija pero osada, a pesar del apagado brillo de sus ojos, i por todo el conjunto de su cabeza, que reposaba en un tronco obeso i casi encorvado. Pero eran tales la viveza i la franqueza de la palabra de aquel joven viejo, que su fisonomia se animaba con los destellos de un gran espiritu, i se hacia simpática e interesante. Despues de hablarnos de su ultima campaña, de su derrota con el jeneral La Ma- drid, de un paso por los Andes, donde estuvo a punto de perecer con todos sus compañeros, por una larga i copiosa nevada, que los sitió en la casilla de las Cuevas, nos habló con el talento i la esperiencia de un institutor mui pensador, sobre instruccion primaria, porque aquel hombre tan singular era Domingo Faustino Sarmiento, el en- tonces maestro de escuela i soldado en los campos de batalla contra la tirania de Rosas, el formidable diarista, al poco tiempo despues, el futuro presidente de la República Arjentina... Tanto nos interesó aquel embrión de grande hombre, que tenia el talento de embellecer 414 Lastarria ( 1885 , p. 234 ), citado en Jaksic ( 2018 , p. 150 ). 415 Uslar Pietri ( 1978 , p. 86 ).
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=