Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

593 “anarquía”, que la historiografía contemporánea ha puesto en duda. Al lado de Mora, Bello se exhibía con todos los atributos contrarios: moderado, bien hablado, sensato, leal. Lo que era común a los dos era el hecho que ambos eran poetas consumados, aunque Mora mostró declarada simpatía por el romanticismo y en otra época de su vida declarada aversión. Sobre esta aparente incoherencia puede alegar- se que él descreía de las apreciaciones de conjunto: “Nace de buenas partes un mal todo”, dirá. 411 Bello devino en el intelectual oficial. Mora, en cambio, quedará relegado y al servicio a la Confederación Perú-Boliviana. Los Amu- nátegui dirán que su horrible opinión sobre Chile será una señal de regeneración: “Cuando un pueblo se irrita porque se le echa en rostro la falta de una literatura nacional, se halla cercano a tenerla”. 412 Y, en general, los discípulos de Bello no ocultaban, más bien publicitaban, su filiación intelectual; los de Mora, por su parte, guardaban una espe- cie de silencio incómodo, como describe Jaksic: Lastarria, en particular, tenía gran admiración por Mora y mantuvo un fuerte resentimiento contra Bello por el papel que le tocó en la polémica y sus consecuencias. De hecho, se transformaría en el arquitecto de la imagen de Bello como un conservador sin remedio, cuya intención era la de impedir la liberalización política y cultural de Chile. 413 sarmiento y su grupo Lastarria vio en Bello al representante de una sabiduría añeja, fue un joven contra la senectud. A propósito de la polémica sobre la historia narrativa y la historia filosófica, escribiría Lastarria sobre Bello en contraste a las juventudes rebeldes: 411 Mora ( 1853 , p. 223 ). 412 Gregorio Víctor y Miguel Luis Amunátegui ( 1861 , p. 206 ). 413 Jaksic ( 2001 , p. 190 ).

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