Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

585 Bello participa de una opción semejante. La poesía de Bello nunca se excede en lo supuestamente poético; su tono en poesía es pariente de su tono en los documentos oficiales o en asuntos, a primera vista, pedestres como los artículos en periódicos. josé joaquín de mora Pero a Gran Bretaña concurrirán otros personajes. Ha llegado el mo- mento de referirse a uno de los enemigos de Bello. Entre ellos, un cam- peón del romanticismo y a la vez su encendido detractor, estuvo el español José Joaquín de Mora. Poeta, profuso constitucionalista, drama- turgo y polemista. “No todo lo que decía era consecuencia de sinceras convicciones, a no ser que éstas se modificaran radicalmente de un año para otro”, dice de él Vicent Llorens. 392 Y no es que Mora haya tenido una doble vida. Una en España; otra en América. No. Tuvo varias en el mismo lugar. En él se daba una “desorganización del pecho”, para de- cirlo en términos del joven Bello. Muchas voces lo habitaban y no sabía quizás administrarlas con la distancia del diseño dramatúrgico de Bello. En cierto modo —permítaseme esta licencia— Bello estuvo entre José Joaquín de Mora, por un lado, y Juan Francisco Meneses, por el otro. No es que haya quedado instalado en la equidistancia. El que Mora haya redactado la Constitución liberal de 1828 y que haya diri- gido el Liceo de Santiago antes de partir de Chile; 393 y que, posterior- mente, Meneses haya sido la figura que los conservadores estimaron más apta al efecto de liderar la entonces naciente Universidad de Chi- le, nos habla de un personaje impuesto al amparo de una suerte de consenso. Bello, finalmente, liderará el Colegio de Santiago (la com- petencia que sobrevivió a su rival, el Liceo), posiblemente tendrá algo que decir en la redacción de la Constitución de 1833 , que “reformó” —como anunció el mismísimo general José Joaquín Prieto— la Cons- titución de 1828 ; y liderará la Universidad de Chile. 392 Ibid ., p. 19 . 393 Su mujer, en tanto, dirigirá un “Colegio para Señoritas” en Santiago en que “pro- pende[ría] más a la blandura que al rigor […] y por ningún motivo a las penas corporales”. Citado en Subercaseaux ( 1997 , t. 1 , p. 39 ), quien a su vez lo extrajo de Don José Joaquín de Mora , de Miguel Luis Amunátegui.

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