Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
569 de dos pueblos hermanos, en la tierra, en la mar, por dondequiera, alzaron victoriosos mi bandera. Despliega activo en una y otra cima aguerridas legiones el tirano. Todo le es favorable: el suelo, el clima, la posición, que, a una, arte y naturaleza fortalecen, la copia de recursos y la fama de otros laureles que le dio fortuna. Pero todo es en vano. Osada embiste la falange chilena, y lidia, y vence; al chileno valor nada resiste. Valientes, que en Yungay con fuerte brazo vengar supisteis el honor chileno, recibid los saludos y el abrazo con que os estrecha a su amoroso seno la patria, por vosotros vencedora. Fuisteis su apoyo, y sois su orgullo ahora. 351 Este poema, que puede contarse entre los peores de Bello, es, sin em- bargo, una discreta pieza de ocasión, de un entusiasmo un tanto hueco y que se desenvolvió en un ambiente de euforia. Como gran movimien- to occidental, el romanticismo también prodigó este tipo de poética sin alcance, muy propia del auge de las alocuciones nacionalistas del siglo XIX, que en muchos casos jugaban peligrosamente con metáforas de muerte, como este otro poema patriótico escrito supuestamente por Bello para el triunfo de Bulnes, en que la bandera chilena aparece como un “meteoro de muerte”, por no decir un ángel de muerte: Viva perpetuamente en la memoria el día en que la Patria vuelve a verte, 351 “Al ejército restaurador del Perú”, en Bello (Vol. I, p. 174 ).
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