Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
554 decir en toda la Europa”. 309 Bello hizo aparecer parte de Historia de los Girondinos , para lectura del público, en El Araucano . 310 En otra carta, fechada en París el 12 de febrero de 1848 , Carlos escribe a su padre: “Me alegro que Les Girondins hayan dado a V. tan buenos ratos. Años había que no se notaba aquí una sensación literaria igual”. Envía otros ejemplares a Bello y después le escribe desde Roma el 3 de abril de 1848 : “Ya tiene V. a Lamartine y a Luis Blanc haciendo la historia en lugar de escribirla”, 311 al conocer casi in situ la noticia de la revolución llamada de 1848 , cuyas réplicas caracteriza como “un golpe eléctri- co”. 312 Se precipitaba Carlos, porque Lamartine, además de participar él mismo de la historia, la escribiría inmediatamente en Historia de la revolución francesa de 1848 , que en 1850 apareció en forma de folletín. Este romanticismo tuvo mucho de moda pasajera, sin una reflexión profunda. Pese a las simpatías veleidosas que hemos anotado, rasgos antirrománticos se ven en los discípulos de Bello más ajustados a los preceptos del maestro. Por ejemplo, los hermanos Amunátegui co- mentaban que el fracaso de la primera pieza teatral de Esteban Eche- verría se explicaba por el “poco mérito de la obra”, una “concepción ultra-romántica i satánica, en que figuran dos amantes i una tropa de espíritus diabólicos vistos en sueño por el protagonista”. 313 O sea, los 309 Bello (Vol. XXVI, p. 156 ). 310 Número 895 del 1 de octubre de 1847 . 311 Velleman ( 1995 , pp. 201 - 2 ) y en Bello (Vol. XXVI, pp. 162 - 5 ). 312 Como bien se sabe, esta revolución fue de dimensiones gigantescas, remeció a Europa y tuvo efectos de largo alcance. Sobre ellas corrieron, además, ríos de tin- ta y contribuyó a definir ciertos elementos del socialismo europeo que después serían de primer orden. Carlos Bello Boyland lo vio así y comentó a su padre en la misma carta citada: “[...] Dejé París, como dije a V., el 15 de febrero víspera del acontecimiento que ha asombrado a sus mismos autores, y que parece cambiará la faz del mundo. No tuve la suerte de ser testigo de ello; pero el golpe eléctrico se hizo sentir bien pronto en Italia”. Epistolario II, en Bello (Vol. XXVI, pp. 164 - 5 ). Tiempo después, ahora en Granada, el 23 de mayo de 1849 , le comenta a su padre en un tono cada vez más escéptico: “[...] Mucho me temo cualquier en la marcha de ese país: en la época en que estamos el menor desliz puede traer una caída. Anteayer precisamente recibí noticias de los nuevos desórdenes habidos en París. La Francia con la tortuosa política que sigue en Italia se está enajenando todas las simpatías que le quedaban, y perdiendo hasta su reputación de lealtad y de valentía. Lo que V. me dice a este respecto en la carta que tengo a la vista es una triste verdad. Parece que el viejo mundo se desploma”. Epistolario II, en Bello (Vol. XXVI, p. 195 ). 313 Gregorio Víctor y Miguel Luis Amunátegui ( 1861 , p. 248 ).
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