Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

539 filiales del hernani De niño, Andrés Bello estudió latín bajo la dirección del fraile mer- cedario Cristóbal de Quesada, que vivía en el convento vecino a la humilde casa de los Bello López. “Teniendo solamente quince años avanzaba bajo esa sabia dirección en la traducción del libro V de la Eneida, cuando el fallecimiento del original maestro interrumpió esta primera etapa de su formación”. 267 Después, Bello seguirá con el francés a través de su lectura de Jean Racine, que ameritará una amonestación del cura que asistió su se- gundo aprendizaje. Había entre el latín de Virgilio y el francés de Ra- cine la compatibilidad del romanismo francés que hasta la mismísima Revolución francesa practicó. Esta compatibilidad fue quebrada por el romanticismo. Esta primeriza filiación tendió a cambiar y es posible argumentar que supo reconciliarse, en parte, con el teatro español que gobernaba sin parangón desde el Siglo de Oro la escena hispanoamericana; tea- tro que, como el de Shakespeare, se tuvo por rudimentario tras la gra- dual penetración, a partir de mediados del siglo XVIII en España, del clasicismo francés al que perteneció Racine, y que será llamado “el francés estilo”. 268 Bello piensa en Racine como una versión mejorada 267 Murillo ( 1987 , pp. 13 - 4 ). 268 Todavía en la segunda mitad del siglo XIX, el celoso Menéndez y Pelayo relataba

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