Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
531 aunque, como dijimos arriba, algo tosco, y está salpicado de refranes y de idiotismos castellanos, que le dan todo el aire de composición original, y hacen dificultosísimo de creer que no lo sea. 257 Eso dice Bello a los poetas, quizás porque percibe la acumulación de las reglas, pero a los jóvenes literatos historiadores no les predica- rá exactamente lo mismo. Si bien no lo declaraba, no lo pontificaba, las palabras de Bello al joven Barros Arana (“escriba, joven, sin mie- do, que en Chile nadie lee”) 258 barruntan esta audacia, esta liberación de las ataduras del silencio, de la censura tácita que hay en la falta de comentario, tal vez; o, como recuerda Llorens, de la ausencia de un público que “excite” a los escritores. En este orden de cosas, la creatividad fluye con lo espontáneo y lo verosímil. Y Bello no disfrutaba la escritura como una suerte de pro- ducto refinado de los ripios del habla; gustaba de ella también cuando era disparatada, cuando narraba al voleo. En una carta del 28 de mar- zo de 1859 a Juan Bello Dunn, escribía: “Yo espero que cuando tú no te encuentres en disposición de escribirme (que será lo más ordinario) lo haga ella alguna vez en lugar tuyo i me diga cuanto le venga a la cabeza: para mí la charla escrita, cuando tiene la sal i pimienta con que ella sabe sazonar la suya, no es menos sabrosa que la charla ha- blada”. 259 Su admiración por la creación era a la vez un enaltecimiento 257 “Historia de la conquista de México por un indio mexicano del siglo XVI”, en Bello (Vol. XXIII, p. 72 ). 258 Atribuido a Andrés Bello. 259 Carta del 28 de marzo de 1859 a Juan Bello Dunn, desde Santiago. Fuente: Archi- vo Central Andrés Bello, Bandeja 4 , caja 39 , Nº 1317 , transcrita en Jaksic ( 2001 , p. 284 ). Antes, durante el extrañamiento de Juan Bello Dunn, escribe en Santiago, el 20 de mayo de 1851 , a su hijo: “Te escribo para rogarte encarecidamente que nos escribas (bastará que escribas a tu mujer), y que seas más comunicativo en tus cartas, dándonos noticias individuales de tu estado de salud, y de las necesidades o privaciones que sufras, por si estuviere a nuestro alcance remediarlas […] No dejes de escribir todos los días por un conducto o por otro y háblanos principalmente del estado de tu salud. Entretanto ruego al cielo que dirija tus pasos en esta época aza- rosa, y que nos conceda pronto la gracia de volverte a ver sano, fuerte, y dedicado exclusivamente al cuidado de tu tierna e interesante familia. Tu padre que te ama de corazón, Andrés Bello ”. Epistolario II, en Bello (Vol. XXVI, pp. 222 - 3 ). Ese mismo año, desde Santiago, el 9 de diciembre de 1851 , Bello s e alegra de las noticias de Juan y le pide que les escriba más y más y que no se pelee con Carlos [su medio hermano, Bello Boyland] , que lo defendió, ibid ., pp. 229 - 31 . No sólo Bello escribía sus hijos pidiéndoles una y otra vez que demuestren estar vivos desplegando la escritura;
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