Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
524 había publicado Sánchez en el siglo XVIII. Pero no obtuvo respuesta de la Academia (no se hallaron en sus archivos, según indica el “Estu- dio preliminar” de Pedro Grases). La versificación y asonancia en la rima; el suplir los versos faltan- tes, recurrir a las crónicas para “completar, enmendar e interpretar el poema”, argumentar que los romances octosílabos derivan de los can- tares de gesta, y no al revés, como se creía, y que el poema se incluía entre los cantares de gesta, 243 son aportes debidos a Bello. Finalmente, el texto que Bello había trabajado toda una vida se pu- blicó en La Revista Ilustrada . El enfoque sobre las mutaciones y de- formaciones sufridas por el Poema del Mio Cid , que propone Bello, muestra la creencia en un “original” de factura genial mutilado por los juglares y copistas: Supongo que el manuscrito de Vivar 244 no nos lo retrata con sus facciones primitivas, sino desfigurado por los juglares que lo canta- ban, y por los copiantes que hicieron sin duda con ésta lo que con otras obras antiguas, acomodándolas a las sucesivas variaciones de la lengua, quitando, poniendo y alterando a su antojo, hasta que vino a parar en el estado lastimoso de mutilación y degradación en que ahora la vemos. [...] Las poesías destinadas al vulgo debían sufrir más que otras esta especie de bastardeo, ya en las copias, ya en la transmisión. 245 Bello recurre a Gonzalo de Berceo y al arcipreste de Hita a fin de lo- calizar temporalmente el poema del Cid, al cual llama gesta. Analiza formas verbales o transformaciones fonéticas importantes. 246 Efectúa el trabajo de un estudioso romántico: escarba en la historia para hallar el origen sin mácula, oponiéndose así a una mejora histórica, en tanto 243 Grases ( 1980 , pp. XXI-XXIII). 244 Bello se refiere al manuscrito de Vivar, es decir, el que tomó Sánchez en el siglo XVIII y que se debatía si era del año MCCCXLV [ 1355 ] o MCC e XLV [ 12 y 55 , esto es: 1255 ], de la era vulgar o la española (a la que se añadía 38 años). 245 “Prólogo” en “El poema del Mio Cid” , Grases ( 1946 , p. 7 ). 246 Como, por ejemplo, el cambio de la [o] abierta románica al diptongo [ue].
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