Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

521 asedio al cid Me he referido al desmoronamiento de la épica y a cómo el estilo de Bello se hace cargo. ¿Qué había aprendido el propio Bello sobre la personalidad del héroe y la de su correspondiente literario, el genio? Su estilo había adquirido precaución respecto de la épica, pero, ¿qué habría que decir sobre su admirado Cid? En la Francia del siglo XVII, los Scudéry proyectaban en Artámenes —el portentoso caballero que protagoniza su homónimo roman-fleuve publicado entre 1649 y 1653 — las dificultades de los nobles persegui- dos por el monarca a quien debían su poder, precisamente, el caso del Cid, por lo que no es raro que una obra tan inmensa haya sido tradu- cida al español en tiempos de Carlos II el Hechizado, último Habsbur- go. 239 Al parecer, Bello pasa de identificarse con el Cid (con el héroe y noble injustamente tratado por su monarca) cuando está en Londres, a identificarse con el monarca, o lo que es parecido, la autoridad del presidente, cuando ya está en Chile. Entonces, el mismo Bello se transforma en aquel advenedizo “con- sejero”, aquel plebeyo, en su caso además extranjero, tratado de “he- reje”. Quizás por haber conocido tanto la figura clasicista del despre- ciable consejero, Bello sabe mejor cómo manejarse, cómo mostrarse 239 Conforme a Menéndez y Pelayo el Artámenes fue traducido al español a fines del siglo XVII.

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