Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
515 admirados por Bello como el jurisconsulto Jean Domat y el drama- turgo Jean Racine, fueron jansenistas. Bello consideró que el segun- do había mejorado la tragedia griega. “Port-Royal —dice Bénichou— contribuyó a disgregar los ideales heredados de la Edad Media, al poner en conflicto de manera abierta el idealismo aristocrático y la religión. El jansenismo, bajo el aspecto de un cristianismo acentuado, hizo a su manera obra moderna”. La caballería, en cambio, era una unión entre ideales heroicos y cristia- nos, una conciliación que junto a un “humanismo devoto” se opone al jansenismo. Bénichou recuerda al mediocre pero notable escritor Desmarets de Saint-Sorlin. 226 El jansenismo pule y domestica como la burguesía. Pierre Nicole sostiene que el mismo amor propio es el que ora a Dios para sentirse a gusto, que es el demonio que en el amor propio busca la humildad por orgullo, y que el ser humano está atrapado en un círculo en que cree que la superficie pertenece al corazón. “Esta de- cisión de buscar la verdad sobre el hombre en un lugar distinto al del sentimiento interior, o sea fuera de la conciencia, es común a todos cuantos, en el siglo XVII, se dedicaban a echar por tierra la sublimi- dad aristocrática”, 227 explica Bénichou. el caballero y el buen padre de familia Es de vital importancia entender cuál es el concepto de voluntad que hay en Bello. Bénichou sostiene que “críticos, atribuyen a la pa- labra ‘voluntad’ el sentido que tiene en el lenguaje moderno, natu- ralmente influido por las ideas morales de la burguesía conserva- dora. Entienden, por voluntad, el poder de reprimirse, de acallar los deseos”. 228 En cambio, la voluntad en Bello es, por una parte la capacidad de obligarse y, por otra, la de querer. 226 Bénichou ( 1984 , pp. 84 - 6 ). 227 Ibid ., p. 92 . 228 Ibid ., p. 26 .
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